Vive Iago Aspas el que posiblemente sea el mejor momento de su carrera. En su primer partido después de su estreno con la selección española, el moañés ofreció un muestrario de los motivos que le han llevado a vestir esa camiseta. Abrió el partido con una jugada individual en la que sentó a un rival, ganó la disputa con otro y colocó el remate lejos del alcance del meta. Un golazo, otro más en estas semanas de gloria que vive. En su primer partido como titular en la competición fue un problema cada vez que intervino en el juego, el único de los célticos que estuvo por encima de sus rivales. Lo estropeó luego con una absurda protesta en el descuento que le deja fuera del duelo de Atenas.