El Celta aguarda con expectación el fallo del Comité de Competición sobre Hugo Mallo y Sergio Álvarez por sus expulsiones con tarjeta roja directa el pasado sábado en Ipurua. El equipo vigués ha presentado alegaciones contra las tarjetas rojas mostradas por el andaluz Munuera Montero a los dos jugadores, aunque se muestra especialmente preocupado por la sanción que puede recibir el lateral de Marín, a quien el árbitro acusó de haberle llamado sinvergüenza. Aunque el colegiado refleja en el acta del partido que Mallo se acercó hasta el vestuario arbitral para disculparse, el Celta ha negado la mayor y alega en el escrito presentado ante Competición que el capitán céltico simplemente dijo "qué vergüenza" tras recriminar al colegiado no haber señalado tres penaltis a favor del conjunto vigués. El matiz es importante porque el insultar al árbitro está tipificado con una sanción no inferior a cuatro partidos mientras que la desconsideración hacia el colegiado se castiga con un máximo de tres.

En cualquiera de los dos supuestos, al futbolista debería aplicársele el atenuante de haberse disculpado ante el colegiado, según asegura el Celta, "solo por sus protestas".