El Celta afronta el jueves en Balaídos la primera "final" de la temporada. Se juega el pase a los dieciseisavos de final de la UEFA Europa League (UEL) ante el Standard de Lieja (19.00 horas). Gallegos y belgas están igualados a cinco puntos en la clasificación del Grupo G. El ganador del duelo de Vigo se asegurará su presencia en el sorteo del 12 de diciembre en la localidad suiza de Nyon. Un empate dejaría abierta la clasificación hasta el 8 de diciembre. Ese día, el Celta visitará al Panathinaikos y el Standard recibirá en casa a un Ajax que, con diez puntos, ya tiene asegurado el pase a la siguiente ronda.

Y como ha ocurrido en otras ocasiones, el equipo de Berizzo intentará aprovechar el partido de la UEL para reponerse de las "cornadas" de LaLiga. Esta vez, los célticos intentarán dejar atrás las malas sensaciones que se llevaron el sábado de su mala actuación en Ipurúa. En Europa, encontraron un bálsamo los de Berizzo a las goleadas encajadas ante el Atlético de Madrid y el Villarreal gracias al empate en Lieja y a la victoria ante el Ajax en Vigo.

Mes y medio después de celebrar en el Maurice Dufrasne el duelo que abría la competición en el Grupo G, célticos y rouches volverán a verse las caras el jueves para dirimir quién de los dos acompaña al Ajax en esta aventura europea que tendrá como premio la final de Solna.

Será la segunda vez que el equipo belga visite Balaídos para disputar un partido de competición europea. El anterior se celebró el 28 de septiembre de 2006 y el Celta consiguió la victoria por 3-0 (dos goles de Baiano y uno de Canobbio).

Este reencuentro en Vigo será más trascendental para ambos equipos que el anterior, pues la victoria supondrá mantenerse en la competición continental más allá de diciembre, al menos hasta que el 16 de febrero se inicien los dieciseisavos de final.

La importancia del duelo también obligará a Berizzo a variar su plan de rotaciones. Se espera que el técnico del Celta no deje fuera del once titular a ninguna de las piezas más importantes de su plantilla. De hecho, el partido del sábado en Eibar estuvo condicionado por la "final" del jueves ante el Standard de Lieja. Berizzo presentó un equipo con algunas sorpresas, como las ausencias de Cabral, de Jonny, de Pablo Hernández o de Guidetti, jugadores que posiblemente inicien el duelo ante los belgas, en el que está previsto el regreso de Iago Aspas, que es el máximo goleador del equipo y que se encuentra en estado de gracia, como demostró en su debut con la selección española en Wembley. La principal duda es Fabián Orellana, que arrastra un esguince de tobillo que ya le impidió jugar en Amsterdam y en los dos restantes partidos de Liga (Valencia y Eibar).

Después de consumarse los tres primeros meses de la temporada, el Celta está en la situación que se imaginaba como propicia. Además, ha sabido compaginar las competiciones de LaLiga y la UEL, al contrario que en las dos anteriores ocasiones que afrontó este reto, que acabó con el equipo vigués en Segunda División.

A pesar de las críticas, Berizzo ha sabido mantener al Celta en una tranquila posición en la tabla clasificatoria de Primera División, a pesar de encadenar tres derrotas en el arranque (finaliza la duodécima jornada en la novena plaza), y a jugarse la clasificación europea en casa.

Al equipo vigués le correspondió un grupo europeo complicado, a priori, pues los tres rivales cuentan con una amplia experiencia internacional y con un palmarés que en el caso del Ajax incluye cuatro títulos de la Champions; mientras que Standard y Panathinaikos han saboreado finales continentales. Los tres, además, poseen títulos de Liga, por lo que el celtismo acogió con preocupación el sorteo de la fase de grupos de la UEL.

En el partido de Lieja, el Celta se presentó con un equipo que mezcló titulares y suplentes, además de que Berizzo varió el dibujo táctico. El plan de presentarse con tres centrales fracasó a las primeras de cambio, cuando Dossevi aprovechó un regalo para superar a Sergio Álvarez. El mal partido de los célticos lo maquilló Rossi con un gol que se inventó al cuarto de hora con un lanzamiento lejano.

El empate fue acogido como un triunfo por un equipo celeste que venía de tres fracasos seguidos en LaLiga. Mucho han cambiado desde entonces los de Berizzo, que ha vuelto a encontrar un once más o menos reconocible para mantener vivas las expectativas del celtismo en una temporada en la que el Celta afronta sin miedo tres competiciones oficiales. Y antes de iniciar su camino en la Copa, el jueves le espera una "final" europea.