La dirección deportiva del Celta le ha regalado esta temporada a Eduardo Berizzo una de las plantillas más largas que ha tenido el club en su historia en Primera. El entrenador argentino disfruta del privilegio de contar con dos o más futbolistas por puesto, además de que muchos le dan la posibilidad de situarlos en varias posiciones. El ´Toto´, que en sus dos campañas anteriores depositó gran parte de su confianza en solo quince o dieciséis jugadores, ha podido optar este año por una política de rotaciones desde el inicio.

Con la máxima, hasta ayer en Eibar, de que la Liga es lo primero, Berizzo ha tratado de repartir los minutos de la manera más equitativa posible entre los veinticuatro jugadores del primer equipo a los que se ha sumado Pape Cheikh. Pero el avance de la temporada ha marcado una línea entre los futbolistas de la teórica primera y de la segunda unidad (hablando en términos de baloncesto). Hay un grupo dentro la plantilla que ha demostrado más cosas en este primer tercio de curso. Gente como Aspas, Orellana, Sisto, Pablo Hernández, Wass, Radoja, Hugo Mallo, Sergi Gómez, Jonny, Cabral o Roncaglia han sido más regulares en este tramo o han conseguido ir cogiendo la forma con el paso de los partidos. Sin embargo hay otro grupo que no ha terminado de explotar. Futbolistas que han dejado destellos intermitentes y que no han alcanzado la regularidad.

Uno de esos jugadores el Giuseppe Rossi. El italiano, el último en llegar durante la pretemporada, firmó por el Celta como un efectivo capaz no solo de marcar goles, si no también de darlos. Durante su corta andadura en el Levante el curso pasado evidenció que era capaz de compaginar su instinto de cara a puerta con su capacidad de hacer mejores a sus compañeros. Pero en Vigo todavía no ha podido demostrar todos los quilates que se sabe que tiene en sus botas. Hasta ahora Berizzo no ha encontrado la manera de darle los minutos que necesita para brillar. Porque el ´Toto´ utiliza a Rossi en los partidos de dos formas: o sale desde el banquillo en la segunda mitad o juega como titular en los experimentos del argentino.

El delantero italiano ha sido titular solo en cuatro ocasiones. Ante el Standard, el Panathinaikos, el Ajax y el Eibar (también fue titular en el Memorial Quinocho). Todos estos partidos tuvieron en común que Eduardo Berizzo apostó por la segunda unidad. Las rotaciones y las probaturas provocaron en las citadas fechas que el Celta mostrase una cara muy desdibujada. Los cambios en el esquema y la presencia de jugadores desentonados no benefició al italiano, que no logró ser el faro en ataque que guiase a los demás. Siempre que ha salido de inicio el ´Bambino´ nunca ha estado rodeado de los teóricos titulares, nunca ha encontrado socios en ataque y se ha visto obligado a buscarse las castañas en solitario contra los centrales rivales, algo que no le beneficia a su juego.

Al margen del gol que valió el empate en Lieja ante el Standard (1-1)empate en Lieja ante el Standard (1-1), el partido de Rossi en tierras belgas fue tan gris como el del Celta. Ese día, sus compañeros en el eje ofensivo fueron Naranjo y un Sisto todavía falto de adaptación. Además el entrenador argentino apostó ese día por defensa de cinco. Frente al Panathinaikos en Balaídos (2-0) disputó los 90 minutos, aunque el conjunto celeste apenas existió sobre el campo hasta que entraron Wass, Aspas y Sisto al final del choque. Durante la fase anterior, inerte y sin fútbol de ataque, los compañeros del italiano fueron Naranjo, Señé y Guidetti. En Amsterdam también fue titular ante el Ajax (3-2) junto a Bongonda, Señé y Lemos. El Ajax vapuleó al Celta y el ´Bambino´ estuvo completamente aislado. Más tarde entrarían Aspas, Guidetti y Wass para casi remontar el marcador. La última titularidad de Rossi fue ante el Eibar en Ipurua (1-0). Otro experimento fallido de Berizzo. Esta vez le acompañaron en ataque Señé y Bongonda.

Por otro lado, lo mejor de Giuseppe Rossi en este Celta se ha visto cuando ha estado mejor arropado. Algunas de las veces en las que el italiano ha salido desde el banquillo con más de veinte minutos por delante y se ha encontrado en el campo con Aspas y Sisto, jugadores capaces de combinar y de entenderse con él. Con esos mimbres Rossi tuvo su gran día ante el Espanyol en Cornellà (0-2). El ´Bambino´ decidió el partido con un golazo. Esa tarde a su lado estaban Aspas y Sisto. El italiano también estuvo bien contra el Osasuna (0-0) en el Sadar, donde revitalizó al equipo y rozó el gol en dos ocasiones y contra el Atlético (0-4) y el Ajax (2-2) en Balaídos. Sin embargo ante el Villareal (5-0) en El Madrigal estuvo mal en el marco de un partido nefasto del Celta.

Rossi se ha quedado atrás en la carrera por el nueve. El estado de gracia por el que pasa Aspas y el despertar goleador de Guidetti le han relegado a tercer espada. La temporada es larga y por suerte las puertas no están cerradas. El calendario le seguirá aportando oportunidades a Berizzo para seguir aplicando su política de rotaciones. Del partido del jueves ante el Standard dependerá que haya más partidos europeos en Balaídos y todavía falta la Copa del Rey. Giuseppe Rossi deberá volver a pelear, ya sea rodeado por la primera o por la segunda unidad, por dejar su impronta en este Celta.