Nada pudo hacer ayer el Pontevedra en su visita al líder la categoría, la Cultural y Deportiva Leonesa. Y es que si sobre el papel pintaba a complicado el choque, los noventa minutos fueron un calvario para los de Luisito. Los de Rubén de la Barrera dominaron el partido de principio a fin, cogiendo el balón con el pitido inicial y entregándoselo al colegiado en el minuto noventa. Una exhibición de otra categoría de un equipo que poco pinta en la División de Bronce del fútbol español. Un alarde de recursos ante el que los pontevedreses solo pudieron ofrecer resistencia durante escasa media hora.

Comenzó asustando ya de inicio el equipo local con una llegada clara de Julen Colinas, incapaz eso sí de acertar con la portería de Edu para anotar el primero de la tarde. Jugaba mejor el conjunto del coruñés Rubén de la Barrera, dominante y mejor asentado sobre el espectacular césped del Reino de León. Se masticaba la preocupación en el banquillo pontevedrés, corrigiendo de forma constante, exigiendo ayudas y minimizando fallos. Peleaba en inferioridad el mediocampo granate ante el monólogo local. Un monólogo que se tradujo en gol tras una jugada llena de rechaces, errores e indefinición en la defensa gallega. Nueve minutos después, una triangulación en el balcón del área para que Toni colase la bola sobre la salida de Edu firmando un tanto de bandera.

Después de la retirada de Jacobo, la capacidad combinativa de los de Luisito fue inexistente. Quedaba hacer la guerra por su cuenta, con Mario Barcos tirando diagonales y desmarques sin encontrar premio. Sí pudo Álex Fernández lanzar a portería tras un buen robo de balón en la medular leonesa. Eran minutos de la basura entre uno que no quería hacer más daño frente a otro incapaz de arañar al acorazado de la categoría. Incluso Álex Fernández y David Añón pudieron acortar distancias al borde del pitido final. Sin embargo, quién puso el último tanto en el marcador fue el canterano local Víctor Díaz tras una nueva combinación de los blanquillos.