"Fue una decisión muy difícil porque el atletismo para mí lo era todo a nivel deportivo como personal, pero tuve una serie de problemas personales que me afectaron bastante". Jenny Fernández lleva un año lejos de las pistas y ansía volver. Ha cambiado de vida, se siente feliz y con fuerzas para luchar por su gran pasión. "Intenté cambiar de grupo de entrenamiento para olvidarme de aquellos problemas que me afectaron. Intenté volver, pero la verdad es que los problemas personales que tuve me llevaron a tener unos problemas hormonales por culpa del estrés y me vi hundida, me vi fatal, no me veía en el mundo del atletismo y decidí dejarlo", confiesa.
Pero su amor por su deporte puede más. "Llevo el gusano por dentro. Tengo el atletismo en las venas, y volví a intentarlo otra vez, pero me costaba mucho. El hecho de tener que trabajar e ir luego a entrenar, cansada, me hacía sentir que no era la de antes. Te cuesta hacer un 1.000 sobrada como antes. Todo eso se unió y al final..." Lo dejó.
Intentó convencerse a sí misma con mil y un argumentos. "También pensaba que el atletismo está muy mal pagado y decidí mantenerlo como un hobby. Voy al gimnasio y salgo a correr a veces, lo que pasa que no me decidí a fichar por ningún club porque sé que no voy a estar a un nivel con el que yo vaya a estar contenta", apunta.
Un día, tomando un café con Rocío Rodríguez Martínez, otra atleta en periodo de paréntesis, decidieron retomar juntas su gran pasión. "Decidimos empezar así, poco a poco. Si veo que me adapto bien, igual el día de mañana me vuelven a ver en la pista otra vez. Ojalá me vuelvan las fuerzas. No me gustaría apartarme del atletismo para nada", anuncia la atleta de Nigrán.
"Fueron unos problemas personales que no supe encajar bien. Este paréntesis creo que me va a venir bien para poder retomarlo con fuerzas. A ver qué tal". El atletismo estaría de enhorabuena si finalmente decide volver. El año que lo dejó fue, según ella "el mejor de mi vida", deportivamente hablando. "Esa última temporada fue la mejor. Me cambié de prueba al 800 metros lisos y enseguida hice marca personal. Hice muchas cosas en ese año y tomar la decisión de parar me costó muchísimo porque yo sabía que el siguiente año podría ser mucho mejor, pero los problemas pudieron conmigo", prosigue.
Nunca olvidará el apoyo que recibió de todo el mundo, animándola para que no desfalleciera en su lucha. "Agradezco mucho todo el apoyo que tuve de la gente del atletismo ya no solo de la gente de Vigo y de Galicia, sino de toda España. Me llamaban entrenadores de Cataluña, de Extremadura, miembros de la Federación Española, incluso mi exentrenador, Alfonso Ortega, una persona a la que adoro. Me llamó y me pidió que no lo dejara. Fue cuando intenté volver otra vez. Yo empecé de verdad de su mano y ver que él confiaba en mí lo agradezco mucho que es por eso que no quiero desvincularme para nada del atletismo. Quiero estar ahí de una manera o de otra".
"Tengo que salir a correr ya sean diez minutos o una hora. Es algo que me despeja. Es una forma de vida. Estoy intentando retomarlo más en serio. Pienso ir por lo menos tres días a la semana a Castrelos. Ayer (por el miércoles) fui y la gente me animó un montón. Eso parece una tontería, pero te anima mucho más a seguir", confiesa.
El trabajo ha centrado su vida desde que se apartó del atletismo. "Nunca estuve parada. Estuve en una tienda de Nike, y ahora al lado de mi casa, en un trabajo vinculado al mundo de la hostelería". "Me hundí tanto que lo dejé todo, el atletismo, el blog y la moda (sus otras grandes pasiones)". Un cambio total de vida.
"Los problemas hormonales me hicieron pasarlo mal. Pero el cambio que di en mi vida fue de las mejores cosas que pude hacer. Estoy muy contenta. Lo único con lo que no estoy contenta es de haber dejado el atletismo. Por lo demás, estoy muy feliz con mi vida. También con mi familia, sobre todo con mi madre, que también hace atletismo y es la que tira de mí para que no lo deje. Ella nunca quiso que lo dejara porque sabe lo que me gusta y siempre me estuvo animando día a día", cuenta.
"Ahora mismo mi pasión sigue siendo el atletismo, la moda la aparté un poco. Con los años te das cuenta de que el trabajo es el trabajo y te quita tiempo pero es lo que te va a dar de comer. Eso sí que no creo que lo retome, lo dudo bastante", explica.
Ahora ya se siente con fuerzas para intentar volver en serio. "Si entreno es para el día de mañana, si reaparezco, reaparecer bien en la pista de atletismo corriendo o un 400 o un 800. Esas son mis pruebas", anuncia.
"Los que hacemos atletismo de una manera, por así decirlo, profesional llega un momento que ya sabemos entrenarnos. Lo que intento es recuperar fondo, fuerza. Y ya cuando vea que estoy en un punto en el que pueda trabajar con un entrenador, barajaré la posibilidad de hacerlo. Sí que tendría muy claro, aunque no quiero decirlo ahora, con quién volvería. Eso lo tengo muy claro", dice muy segura.
Eso sí. No se pone plazos. "Sea cuando sea. Soy exigente y quiero volver a aparecer cuando esté en un estado de forma decente. Espero no tardar mucho. Me gustaría retomarlo en la temporada de aire libre, pero igual lo dejo para temporada que viene. Sería lo más lógico".
Después de año parada, queda mucho por retomar. "Cuando paras lo notas, sobre todo en la resistencia. Cogí kilos de más. A eso se me sumó el problema hormonal, que me hizo estar muy hinchada y lo pasé realmente mal. Llegué a coger once kilos. Ahora ya estoy bien. No me cuesta porque ya estoy como antes, pero me falta resistencia. Tampoco mucha, que estuve yendo al gimnasio y la tengo ahí en reserva", bromea.
Ahora falta un poco más de motivación. "Es diferente entrenar para recuperarte que entrenar para competir. Me muero de ganas de tener un entrenamiento en el que acabe muerta. En el que tenga que estar quince minutos tumbada, pero luego irme con la satisfacción de un entrenamiento bueno. Es lo que echo de menos realmente del atletismo. Considero que he madurado bastante y ahora sería más disciplinada. Si vuelvo quiero volver en serio y de lo contrario no vuelvo".
