El Real Madrid, líder del campeonato español, se enfrenta a la ilusión de un modesto que ofrece su mejor cara como visitante, el Leganés, con la obligación de ganar para levantarse del sonoro tropiezo de Liga de Campeones ante el Legia y la necesidad de hacerlo dejando la portería a cero tras diez partidos consecutivos encajando goles.

La pérdida de fiabilidad del Real Madrid llega por la sangría de goles que recibe esta temporada. Solo dos encuentros acabó sin encajar y encadena diez partidos consecutivos recibiendo tantos, especialmente dolorosos los de un modesto en el cartel europeo como el Legia de Varsovia.

Nunca un equipo había endosado tres tantos a Zinedine Zidane desde que cogió el equipo y aunque el técnico francés sigue asegurando que no le preocupa, la necesidad de un partido a cero en su portería es urgente, especialmente para un Keylor Navas alejado de su verdadera imagen que necesita frenar un debate que nace con Kiko Casilla.

Ese empate en Varsovia que complica acabar líder de su grupo en competición europea, pretende la plantilla madridista que lo pague el Leganés en el Santiago Bernabéu, donde el preparador blanco se olvidará de experimentos tácticos tras juntar la BBC con Álvaro Morata de inicio y perder el equilibrio, para volver a su habitual 4-3-3.

La ausencia de Karim Benzema por problemas musculares, ayuda a resolver el pulso que mantiene el francés con Morata por la zona del nueve. Con las bajas de Sergio Ramos y Pepe en defensa, más Casemiro en la medular, la buena noticia para el técnico madridista es la vuelta de Marcelo al lateral izquierdo recuperado de unas pequeñas molestias que le impidieron jugar en Liga de Campones y el regreso, un mes después, del cerebro de todo, Luka Modric. Tras siete partidos sin el jugador que manda en el juego, el croata está recuperado de la rodilla y reaparecerá. Lo más probable que unos minutos, con la llamada de su selección de trasfondo y el deseo del Real Madrid de que se quedase en Madrid mejorando su físico.

Mientras tanto, el Leganés visita por primera vez en su historia el estadio Santiago Bernabéu con la necesidad de sumar puntos al encadenar tres derrotas consecutivas y la esperanza de aumentar la incertidumbre en el Real Madrid.

Los blanquiazules, que no dieron su mejor imagen la última jornada en su choque con la Real Sociedad, aún no saben lo que es ganar en casa. Sin embargo se han mostrado solventes a domicilio consiguiendo triunfos importantes contra el Celta, el Deportivo y el Granada.

La cita de hoy puede suponer asimismo un punto de inflexión tras un comienzo liguero de gran complejidad que les ha llevado a enfrentarse a muchos de los conjuntos históricos de la categoría en la que supone la campaña de su estreno entre los grandes.

Será pues un día especial para los jugadores y también para los aficionados. La cercanía del feudo blanco y las facilidades para acercarse al mismo parecen haber motivado a estos y podría producirse el mayor desplazamiento en la historia del club.

Por lo que respecta a la plantilla, esta llegará con cuatro bajas. Es el caso del delantero marfileño Mamadou Koné, de Adrián Marín, de Rober Ibáñez y de Toni Dovale. En cuanto al once, la duda pasa por saber si Asier Garitano apostará por una zaga compuesta de cuatro o cinco integrantes.

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