El celtismo disfrutó al máximo de la experiencia del Amsterdam Arena. Lo sabereó todo. Desde los encantos de la capital holandesa hasta la experiencia que supone ver al Celta en una de las catedrales del fútbol mundial. Nadie puede dudar del Ajax. Es un referente. Su fútbol y su apuesta por la cantera son modelos a seguir. Pero lo que nos sorprendió a muchos fue su condescendencia con sus ultras. Ya en una primera vista al graderío del estadio, el espacio para los radicales ocupa un lugar especial. Se destaca cómo apoyan al equipo, que nadie lo duda, pero también se deberían denunciar sus prácticas fuera del campo.

En Vigo ya hubo incidentes. En las imágenes publicadas en exclusiva por FARO os mostrábamos lo que estaba ocurriendo en pleno Casco Vello. Tampoco hay que generalizar. Los actos los protagonizaban una decena de hinchas "ajacied", pero los suficientes para provocar que volasen sillas y causar destrozos en pleno corazón de la ciudad olívica. En Balaídos, el celtismo también fue testigo de las travesuras de los ultras holandeses. Literalmente, las butacas de Fondo volaban hacia losaficionados celestes que estaban en la grada de Marcador. De hecho, aquella jornada se saldo con dos seguidores neerlandeses detenidos.

Incedentes en Amsterdam

En Amsterdam todo transcurría con normalidad. Centenares de celtistas se dieron cita en una céntrica plaza de la capital de Holanda para emprender más tarde rumbo al estadio del Ajax. Una decena de furgones de Policía vigilaba la zona. Cánticos y ambiente festivo. Poco que reseñar. Las actuaciones de los agentes se redujeron a informar a los aficionados del cuadro vigués de que no se podía tener bebidas en vasos de cristal. Llegaron las 18:30 horas. Tocaba disolverse durante unos minutos. Llegaba la hora de coger el metro que dejaría a los aficionados en el Amsterdam Arena. Mientras otros acudieron al estadio sin problemas, una veintena de hinchas celestes acabó acorralado en un vagón entre tres ultras del Ajax y un grupo de jóvenes aficionados "ajacied" que no cesaron en entonar cánticos contra el Guidetti y el Celta.

El ambiente se fue caldeando. Los celtistas continuaron con normalidad. Pero el alboroto de los seguidores del Ajax no paraba. Uno de los ultras le agarró el cuello a un aficionado del Celta, que logró deshacerse sin problemas del "abrazo" del holandés. Fueron los instantes más tensos y violentos. Dos ultras empezaron a increpar a dos celtistas. Desde insultos personales, a echar el humo de su cigarrillo o a los ya citados cánticos contra John Guidetti y el conjunto vigués. Buscaban el enfrentamiento, una pelea, una contestación a una provocación que duró la media hora que separaba la Plaza de Nieuwmarkt del estadio. Treinta minutos sin presencia policial, de palabras homófobas e insultos racistas. La Policía, en cambio, estaba desaparecida. Al salir del metro un aficionado del Celta pidió que la ayuda de los agentes, que hicieron caso omiso de su solicitud. Al final, no ocurrió nada. Pero la exposición y la inseguridad que sufrieron este grupo de aficionados ha sido la demostración de un dispositivo de seguridad defectuoso e improvisado de un Ajax que no denuncia a sus ultras y de una UEFA más pendiente del trisquel que de la cuidar a lo más importante del fútbol, sus aficionados.