Nediam Nori se emociona al contar cómo su padre eligió su nombre. Fruto de su pasión por el rock bautizó a la velocista internacional venezolana, que desde hace una semana viste la camiseta del Celta. "A mí no me gusta el rock", confiesa. "Pero mi nombre sí que me parece lindo", cuenta evocando sus orígenes.
Con solo 22 años, dejó su Venezuela natal para forjarse un futuro en España. La casualidad quiso que llegara a Vigo. A principios de año había estado concentrada en Guadalajara con Venezuela, en un intento de lograr la mínima olímpica para Río. España le gustó. Y empezó a pensar en venirse. "Envié un email a la Federación Española y también a la Gallega y ellos se lo mandaron a sus clubes y el Celta fue uno de los que me respondió. Estuve hablando con Cristina Estévez durante varios días hasta que le dije que sí, que quería venirme con ellos al Celta". Sencillo. La predisposición del club celeste de facilitarle su adaptación y su trabajo lograron convencerla. "Les dije que yo iba a mantener a mi entrenador de Venezuela, que me iba a mandar los planes de entrenamiento, pero si podría tener uno aquí supervisándome, y accedieron", explica Nediam.
No le importó que su nuevo club fuera un modesto, de Primera División, sin atletas de su talla en sus filas. "Me comentaron que era un club modesto. Les dije que no había problema, que me interesaba porque quería correr la temporada bajo techo, que nunca había competido bajo techo porque en Venezuela no hay invierno, y me interesaba mucho estar aquí. Si me podían ayudar con eso yo me venía. Y aquí estoy". Aunque "insistieron que no había más atletas de mi nivel, les dije que para mí eso no era un problema. Simplemente les dije que yo venía a hacer mi trabajo y eso es lo que voy a hacer".
Especialista en pruebas de 100 y 200 metros lisos (en el hectómetro llegó a competir en el Mundial de Pekín de 2015), la venezolana espera dar un salto de calidad con su estancia en España. "Me parece que es mucho mejor estar aquí un tiempo, concentrada en entrenar y competir, y en conseguir una estabilidad para quedarme. Estoy ya trabajando unas horas en la Escuela de Atletismo del Celta y estoy tratando de entrenar a gente, para conseguir otra entrada de dinero que me permita, además, ayudar a mi familia en Venezuela", explica.
La inestabilidad en su país fue otro de los factores que influyeron en su decisión de venirse."Estaba un poco difícil conseguir alimentos allí... Yo también tenía muchas ganas de competir bajo techo, quería vivir esa experiencia, por eso me vine", comenta.
En Vigo ha encontrado comodidades que allí no tenía. "Creo que me ayudará bastante tener una pista buena. En Venezuela no hay casi pistas. Pero aquí hay una pista muy buena y me ayudará bastante a mejorar mi rendimiento", dice ajena a las protestas de los atletas de la ciudad sobre la situación de la instalación de Balaídos.
Tras el intento fallido de estar en Río, ya piensa en Tokio. Pero para llegar hasta allí tiene ya una hoja de ruta trazada. "A corto plazo quiero ser campeona aquí en la liga bajo techo. Ir al Mundial de Londres del año que viene sería el reto principal, pero también hay otros campeonatos como los Bolivarianos o el Campeonato Sudamericano, que también es de mi región, y me gustaría participar", explica.
Por lo pronto, se concentra en su proceso de adaptación, en el que el Celta está jugando un papel muy importante. "Están muy pendientes de mí y la gente es muy amable y los niños de la escuela son muy lindos", indica. Eso hará que, poco a poco, empiece a sentirse como en casa: "La manera de retribuirles la ayuda que me han prestado sería ganando con esta camiseta". Su futuro aún no está escrito. "Si me va bien, me quedo. Quisiera quedarme. Me vine para eso, para hacer una vida aquí. Todo depende de cómo esté económicamente". Neidam inicia su sprint en celeste.
