Berizzo, que sufría la pasada temporada para completar las convocatorias, sufre ahora por sus descartes. Que son los esperados, en general. Apenas la exclusión de Guidetti en el derbi ha resultado sorprendente en esta época. El sueco regresa a la lista, al menos a la de veinte, pese a haber sufrido un proceso gripal durante la semana. Del viaje a Las Palmas se caen Pape, Costas, Lemos y Naranjo. Los canteranos más tiernos y los fichajes que se entendieron como opciones de futuro.

Berizzo es el entrenador de Primera División que menos jugadores ha empleado en la Liga, dieciocho. Esa visión cambia radicalmente si se amplía el foco a la Liga Europa, en la que ha utilizado a esos damnificados. Dos gestiones encajadas en un solo plan estratégico. En la Liga, Berizzo agradece la mejoría de piezas esenciales como Orellana o Wass. "Un equipo se construye con buenas actuaciones. Es imposible imaginar que un equipo juegue bien cuando la forma individual de los futbolistas no es buena. Hemos instalado a todos los futbolistas en un segmento de rendimiento muy similar", sostiene. "Es muy difícil escoger quién juega. Trato de ser sumamente justo y analítico en la elección del futbolista adecuado. Eso no quiere decir que el que no juegue ha sido descartado por bajo rendimiento, sino porque solamente caben dieciocho".

El técnico anunció una fórmula a la que se está manteniendo fiel: "Como dije en un principio, de la grada pasas a titular el jueves en Amsterdam. Todo el mundo tiene que estar listo. Se lo cuento a los futbolistas, de la grada al banquillo, del banquillo al campo, del campo a la grada, son estaciones muy cercanas. Todo el mundo tiene que estar preparado. Pero sí hemos encontrado en algunos futbolistas un salto en el rendimiento que ha mejorado notablemente la producción del equipo".

Pero más allá de estadísticas y proclamas, el entorno es consciente de que hay jugadores que pesan menos en su jerarquía y Berizzo lo admite: "Soy el que primero se revisa por qué los descartes no alcanzan a ganarle el lugar a otros. El primer responsable soy yo. En la elección hay preferencias, confianzas, partidos ganados, entendimiento juntos, una trayectoria con otros futbolistas de más conocimientos. Pero soy totalmente sincero en el hecho de que es capacidad o incapacidad mía que David (Costas), Álvaro (Lemos) o José (Naranjo) sean parte importante de nuestro equipo. Ellos le ponen lo mejor. En esa elección uno puede cometer injusticias. Pero desgraciadamente el número impide que estén todos".

Berizzo agradece que la mayor amplitud de la plantilla no haya agrietado su cohesión: "Si algo destaqué en el partido que ganamos al Dépor es el compromiso de todos. La gente que no juega es la primera que está esperando a sus compañeros en el vestuario cuando termina el partido. Es un síntoma muy bueno de compañerismo. Los futbolistas tienen el derecho de sentirse ofendidos por la elección del entrenador, pero tienen la obligación de no demostrarlo porque en lugar de ellos juega un compañero. Respaldar a un compañero cuando la elección no pasó por ti es la primera norma de ser un buen profesional".

No oculta Berizzo que a Lemos, que llegó como alternativa en el lateral, lo ve más como carrilero o interior. "Lemos es un jugador que ataca muy bien desde posiciones defensivas, partiendo de más atrás. Es un futbolista muy potente, lo que le permite aparecer en ataque con mucha sorpresa. Por eso me agrada esa posición en el campo para él", evalúa.

Caso paradójico es el de Pape. "Mis decisiones llegan al final de la semana y no le da tiempo a incluirse en el Celta B. Y también por el riesgo de una lesión, que nos quite número. ", comenta Berizzo sobre lo sucedido esta semana. "Él tiene que esperar su oportunidad con paciencia porque siempre uno lo tiene en la recámara y lo deja en una posición intermedia, no juega en el B, no juega arriba. Pero llegará su momento. Yo confío mucho en él. Es un futbolista muy querido por sus compañeros. Eso le hace estar muy integrado".

Pero incluso para los titulares hay reganiñas, consejos, lecciones. Bongonda es quizás el jugador más cuestionado entre los básicos. "A Theo le ha costado terminar todo lo que insinúa. Lo he conversado con él y él es consciente de eso", admite Berizzo. "Su final de jugada tiene que tener otro peligro. Cuando él logre hacer daño correspondiendo su inicio con su final, encontrará la mejor versión de él mismo. En eso estamos".