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El Celta pone música al derbi

Guiado por la maestra batuta de Orellana, la orquesta de Berizzo reina en el fútbol gallego con una goleada de sabor canterano

Los jugadores del Celta celebran el primer gol de Iago Aspas // Marta G. Brea

Liderado por la excelsa batuta de Orellana, que compuso una hermosa sinfonía futbolística, el Celta conquistó el primer derbi gallego de la temporada con una goleada grandiosa. Un maravilloso triunfo coral, impecablemente conducido por el vate chileno, que dirigió el ataque celeste a golpe de puro talento, y magistralmente interpretado por la gente de casa, que noqueó al eterno rival con una pegada demoledora. Pero no todo fue coser y cantar. Para doblegar el anémico conjunto de Garitano, seguramente el peor Deportivo que ha pasado por Balaídos en muchos años, el Celta tuvo que buscarle las vueltas. Los derbis, por mucha que sea la diferencia de calidad, siempre esconden trampas y durante no pocos minutos el conjunto herculino tiró de orden táctico para maquillar su manifiesto raquitismo ofensivo y aprovechó su única arma, la estrategia a balón parado, para contener al equipo de Berizzo, desatado en un final de fiesta memorable.

Un prometedor arranque

El arranque del Celta fue prometedor. El equipo vigués se adueñó de la pelota y la circuló con criterio durante quince minutos iniciales brillantes. Wass tras una perla de Orellana, obligó a Lux a volar para impedir el primer gol con una parada asombrosa. En esta fase inicial, el Celta gobernó el partido con la pelota frente a un rival bien situado sobre el campo, que se defendió con disciplina hasta que Mallo abrió el marcador con una hermosura de gol. Una preciosa jugada que inició Roncaglia con una larga diagonal de pico a pico del área y Orellana bajó a metro y medio de altura con un formidable alarde técnico. El chileno quebró a su marcador y envió la pelota al cogollo del área para que el marinense, llegando a toda velocidad hasta la cocina, cruzase el balón con un remate formidable.

PROBLEMAS a balón parado

Los problemas del Deportivo para llegar al área de Sergio con la pelota jugada propiciaron que el equipo de Garitano, que se mantuvo en pie tras el gol, recurriese al único recurso ofensivo a su alcance: las jugadas a balón parado. Así llegó el empate, tras una falta que Faysal Fajr templó sobre Albentosa y el gigantón blanquiazul convirtió en gol cabeceando al balón al fondo de la red por encima de la zaga.

El equipo de Berizzo acusó el tanto. Llegaron los nervios y, jugando sin balón, el Deportivo consiguió recuperar la iniciativa. Vivió entonces el Celta momentos de duda que favorecieron la estrategia del rival de forzar faltas cerca del área con las que poder llevar peligro al portal de Sergio.

banda rica/banda pobre

Uno de los problemas que impidió al Celta inclinar antes la balanza fue el abismal desequilibrio en el rendimiento de los jugadores del banda en el conjunto vigués. La derecha, con Mallo y Orellana, fue una fuente inagotable de problemas para el Deportivo, que no encontró espacios para armar el ataque por su costado izquierdo y sufrió un tormento cada vez que el chileno controló la pelota cerca de su área.

La banda izquierda del Celta fue harina de otro costal. Bongonda estuvo desaparecido del partido y Jonny cometió un error tras otro. Solo cuando Berizzo decidió retirar al belga del partido, el ataque celeste funcionó a pleno rendimiento. No acaba Bongonda de integrarse en el frente de ataque céltico. Es rápido y habilidoso, pero a menudo está desconectado del juego y le cuesta demasiado encontrar socios para atacar el marco rival.

Tampoco está Jonny en su mejor momento. El rendimiento del futbolista de Matamá está muy lejos del que ha tenido en las dos temporadas anteriores y no acaba de acercarse a su mejor versión. El canterano consiguió, no obstante, redimirse en el tercer gol, que él mismo gestó tras robar el balón cerca de su área y entregó en bandeja de plata a Orellana con una asistencia perfecta.

aspas salda cuentas

Cuando el Deportivo parecía rehacerse, un penalti por mano en el área de Sidnei forzado entre Wass (otro de los destacados) y, como no, Orellana, cambió el decorado del choque. Le pena máxima la ejecutó de forma inapelable Aspas, que tras fajarse durante todo el partido en una pelea sin cuartel con los centrales blanquiazules -especialmente intensa con Albentosa-, pudo por fin saldar su cuenta pendiente con el derbi. Fue el principio del fin del Deportivo.

movimiento de piezas

Con ventaja en el marcador, Eduardo Berizzo tomó una decisión clave. El técnico céltico retiró al desdibujado Bongonda por Marcelo Díaz, que se situó como enganche, por detrás de Aspas. Wass se desplazó la banda derecha y Orellana ocupó la banda izquierda. Con esta nueva fisonomía se aproximó el Celta a su mejor versión. Se anticipó al rival en el quite, circuló el balón con rapidez, sin adornos superfluos, y encontró por fin profundidad y espacio para desarbolar al cuadro herculino a la contra.

goles de sabor canteRANO

Con el Deportivo desvencijado, Balaídos gozó con una goleada histórica y de sello casi puramente canterano, pues Jonny asistió a Orellana en el tercero tras una gran jugada personal y Aspas se desquitó del derbi y de Albentosa tras una asistencia en largo de Sergio Álvarez -la primera que un portero en la Liga esta temporada- que el moañés, tras galopar en solitario hacia Lux, convirtió en el cuarto gol llevando el delirio a la grada.

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