El Celta B no pudo pasar del empate sin goles en su visita a Tajonar a pesar de disputar casi una hora en superioridad numérica a causa de la expulsión del osasunista Eguaras en el tramo final de la primera parte. Tras el descanso el filial celeste volcó el campo sobre la portería del Promesas, pero con la pólvora mojada erigió a Juan, el meta rojillo, en el héroe de su equipo.

El respeto que se profesaron ambos equipos marcó los compases iniciales del encuentro. Quiso el Celta B tomar la manija del centro del campo, pero el Promesas no se lo permitió, realizando una excelente labor en la faceta de la presión a través de sus delanteros, que impidieron sacar el balón jugado con comodidad a la zaga celeste.

Cuando se rebasaban los diez minutos de juego el Osasuna B reclamó un posible penalti por unas manos de un defensor celeste dentro del área tras un disparo de Steven, pero el colegiado entendió que la acción había sido involuntaria y ordenó con buen criterio continuar el juego.

Entre pausa y pausa -hubo demasiadas interrupciones- fueron transcurriendo los minutos, con el balón circulando libre por el centro del campo, pero sin llegadas claras en ninguna de las dos áreas. Todo, hasta la jugada que cambiaría el devenir del choque, una entrada de Eguaras como último hombre que acabó con el jugador en la caseta expulsado por el colegiado.

En inferioridad numérica el filial rojillo capeó el temporal como pudo hasta el descanso, pero en la reanudación el partido pasó a ser, en buena lógica, un monólogo de un Celta B que volcó el campo sobre la portería de Juan en busca del tanto de la victoria.

El meta del Osasuna B tuvo que emplearse a fondo en la segunda parte y desde el primer minuto. Cuatro minutos después del asueto sacó un disparo claro a Borja Iglesias, que empezó a dar muestras de su calidad.

La respuesta del Osasuna B fue un disparo de Nuha tras el lanzamiento de un saque de esquina que metió el miedo en el cuerpo al filial celeste, pero al final quedó en susto.

Fue el canto del cisne de un Promesas que a partir de ese momento sufriría el acoso y derribo del Celta B y convirtió a Juan en el héroe de su equipo. El portero osasunista sacó dos disparos francos a Borja Iglesias, que si bien generó mucho peligro sobre la meta navarra tuvo el punto de mira desviado. Hizo de todo y todo bien el equipo de Alejandro Menéndez para desnivelar el marcador a su favor, pero pagó caro su falta de acierto de cara al marco contrario. Y no es la primera vez que sucede esta temporada.