Un grupo de ultras del Legia de Varsovia sembraron ayer el caos en los aledaños del Santiago Bernabéu antes del partido, con lanzamientos de botellas, agresiones a varios policías, bengalas y ataques con gas pimienta. La Policía cargó a caballo y con lanzamiento de pelotas para calmar una situación que no fue a más por la rápida intervención de los agentes. Dos policías y siete ultras polacos resultaron heridos y tuvieron que ser atendidos con heridas leves. Uno de los aficionados, con la cabeza abierta, necesitó un collarín, mientras que otro sufrió una fractura en una mano.