El Coruxo no pudo dar continuidad al triunfo cosechado la semana pasada ante el Boiro y cayó de manera inapelable en su visita a El Montecillo en un partido que fue un monólogo local de principio a fin, sobre todo a raíz de la expulsión de Campillo en los primeros minutos del segundo acto.

La primera parte del encuentro ya había sido de claro color blanquiazul. Y ya no solo por los goles, sino por la superioridad que mostró el equipo ribereño sobre su rival, un juguete roto en manos de una Arandina que tuvo en Jefté a su hombre clave. El delantero canario trajo por el camino de la amargura a la defensa viguesa con su velocidad y movilidad, así como su acierto de cara a puerta. No en vano, el punta sería el autor de los dos goles que consiguieron los de Ferreras en el primer acto. Ambos muy parecidos, en jugadas de puro "killer", porque si algo es Jefté es un rematador de primera.

No hubo que esperar mucho para que la Arandina abriera la lata. Antes, ya había avisado Mauri con un disparo ajustado al palo derecho que obligó a emplearse a fondo a Alberto, quien se sacó de la chistera una mano espectacular para alejar el peligro de su portería.

Nada podría hacer el meta, sin embargo, ocho minutos después cuando en un fulgurante contragolpe ribereño Carlos Portero cambió hacia Mauri y este, desde la izquierda y tras deshacerse de su par, habilitó a Jefté para que fusilara al meta del Coruxo desde el interior del área chica.

Quiso reaccionar el conjunto vigués tras el tanto, pero se mostró muy espeso en la circulación del balón, así como a la hora de dar el último pase. A pesar de todo, Pablo García rozó el tanto en un centro envenenado que a punto estuvo de sorprender a Nacho Zabal.

Quería el Coruxo, pero no podía, superado por una Arandina que movía el balón con criterio en la medular y se armaba de la paciencia necesaria esperando que la defensa del conjunto de O Vao se abriera, algo que sucedió rebasada la media hora tras un robo de los de Ferreras en tres cuartos que permitió a Edu Payá habilitar a Jefté con un centro raso.

El 2-0 ya pesó como una losa en el seno de la parroquia visitante, la cual acusó el mazazo hasta el punto de bajar los brazos de ahí al final de la primera parte.

Tras el paso por vestuarios buscó la reacción el Coruxo, pero la alegría en su juego le duró hasta que el colegiado expulsó a Campillo por una entrada por detrás a Rubén Arroyo cuando este enfilaba en solitario la portería de Alberto.

Le crecieron los enanos a partir de ese momento al Coruxo, que encajaba dos goles en apenas cuatro minutos y veía cómo se le escapaba definitivamente el encuentro. El tercer tanto de la Arandina llegó con un cabezazo de Rubén Arroyo en el segundo palo. La puntilla fue obra de Carlos Portero a renglón seguido tras una jugada ensayada que le salió mal al Coruxo y permitió al jugador de la Arandina marcharse solo en dirección a Alberto. Javi López todavía tuvo tiempo para estrellar un balón en la madera a falta de dos minutos para la conclusión.