La temporada pasada, el Celta Zorka llegaba a Oviedo con un balance de cinco derrotas y ninguna victoria. Aquel triunfo le permitió a las viguesas acabar con la tensión e iniciar un camino que casi las lleva a disputar la fase de ascenso. Hoy la situación es parecida, pero no tan dramática como en aquella ocasión, y las viguesas confían en que de nuevo el Universidad de Oviedo sea el punto de partida de un nuevo Celta Zorka.

Evidentemente el partido es clave para ambos conjuntos, que llegan a esta tercera jornadas sin conocer la victoria y, en el caso de las viguesas, después de encajar el pasado fin de semana una severa derrota.

Cristina Cantero afirmaba ayer que "la semana de trabajo fue mucho mejor", y esa es la mejor noticia que le podía pasar al cuadro céltico. La entrenadora, reconocía la importancia del partido de esta tarde "para no dudar tanto de nosotras mismas".

El trabajo de la semana ha sido importante para que las jugadoras americanas, que fueron las últimas en llegar, continúen su proceso de adaptación. De hecho, se espera poder ver pronto a la Cecilia Okoye que deslumbró en el partido ante el Perfumerías Avenida y de la que no se ha visto nada hasta este momento.

En el club todo el mundo es consciente de la importancia del partido. "Debemos ser más equipo que en los dos últimos partidos", apuntó Cantero, "además de ser constantes en el partido, controlar nuestros picos, sobre todo cuando entramos en barrena. Debemos ser nosotras y no tener miedos, y si mucha confianza en el trabajo que estamos haciendo".

Antes del partido, se disputará la final de la Copa Galicia cadete femenina, en la que participan el Compañía de María y el Celta.