El Pontevedra no pudo pasar del empate en su visita a El Plantío en un partido que a pesar de tener color granate pudo caer de cualquier lado en el último tramo, cuando el Burgos despertó de su letargo y logró generar alguna ocasión aislada para llevarse el gato al agua. Funcionó la presión que ejercieron los de Luisito sobre la salida de balón blanquinegra, pero faltó el gol.

El equipo de Luisito salió al terreno de juego dispuesto a llevar el mando del encuentro sabiendo las dificultades que había tenido el Burgos en los partidos anteriores, en los que no había sido capaz de puntuar ante su aficionados.

Poco a poco el Burgos se fue estirando a base de balones altos a su delantero Montero, pero tampoco los de Mandiola conseguían crear oportunidades. Nuevamente el Pontevedra en un nuevo arreón conseguía cercar la portería de Aurreko. Los blanquinegros se afianzaban en defensa, pero apenas conseguían hilvanar jugadas.

Primera parte con más dominio territorial del Pontevedra, pero con pocas oportunidades por los dos bandos.

En la segunda parte el Burgos, al contrario que en la primera mitad, salió con más empuje y quiso controlar el partido, pero curiosamente la primera oportunidad sería para el Pontevedra en un disparo de Mario Barco que no encontró puerta.

El Burgos intentaba poner más intensidad en su acciones en el centro del campo y empezó a forzar varios córners sobre la portería de Edu. El Pontevedra no tenía el control del partido, pero sí que salía con mucha rapidez buscando la portería de Aurreko. En el tramo final del partido tuvo oportunidades suficientes para haberse adelantado en el el marcador. En el minuto 70 un disparo de Mario Barco solo ante Aurreko lo consiguió despejar el capitán del Burgos. A falta de cinco minutos para el final llegó otra clara oportunidad con un doble lanzamiento primero de Miki y luego de Mario Barco que obligó a Aurreko a realizar sus mejores intervenciones de la tarde.