Guiado por el talento incontenible de Iago Aspas, pura magia, el Celta privó al Barcelona del liderato y noqueó en un encuentro descomunal, arrollador en el primer tiempo y heroico tras el intervalo, al gigante azulgrana. Lo confesó Luis Enrique tras el choque: si hay un equipo que tiene tomada la medida al Barça es este Celta de Berizzo, un grupo que despliega un fútbol hermoso, que ayer se acercó mucho a su mejor versión y que toma definitivamente impulso con un ejercicio de destreza y sentido colectivo.
once reconocible
Desplegó Berizzo un once reconocible en la Liga en el que solo repitieron cuatro titulares del reciente duelo europeo: Sergio, Mallo, Cabral y Pablo Hernández. Sergi volvió a emparejarse con el argentino en el eje de la zaga y Roncaglia relevó a Jonny en el lateral izquierdo. En medio campo, Radoja y Wass acompañaron a Pablo Hernández y Aspas formó en punta con Sisto y Radoja en los flancos. Un 4-2-3-1 con Wass como novedoso segundo delantero para medirse a un Barça en el que destacó la suplencia de Rakitic e Iniesta (entraron André Gomes y Arda Turan) y la titularidad de Rafinha en la zona derecha de un extraño tridente con Neymar en el centro y Suárez cayendo al costado izquierdo aunque permutando posiciones.
Un danés para todo
Wass ha renunciado a la última convocatoria de la selección danesa por unas presuntas molestias que no le impidieron volver a brillar frente a un rival de la magnitud del Barça. Esta vez como agresivo media punta. Al parecer al versátil jugador celeste no le seduce la idea de jugar de lateral con su equipo nacional, que es donde lo ve su seleccionador, Age Hareide, que no parece apreciar su versatilidad. Berizzo le saca más jugo en ataque. Lo ha utilizado como le interior, le ha sacado brillo como extremo y ayer lo hizo lucir en la media punta, donde realizó un trabajo impagable del que se benefició Aspas.
el genio frota la lámpara
Tras un inicio dificultoso, en el que al Celta le costó dar una salida aseada a la pelota y el Barcelona rondó con peligro el portal de Sergio, el grupo de Berizzo ganó al equipo de Luis Enrique la batalla del medio campo y le arrebató el control del partido ganando todos los duelos individuales antes de golpearle de lleno en la línea de flotación con una genialidad de Aspas, que frotó su lámpara mágica con una preciosa diagonal que puso a Sisto directo en el camino del gol. El danés encaró a Ter Stegen y batió al portero azulgrana con un perfecto disparo cruzado. Fue el preludio de un festival de juego celeste como no se recordaba desde hace un año, justamente cuando el equipo vigués redujo a cenizas a este mismo equipo con Messi en el campo.
Diez minutos de puro gozo en los que Aspas cortejó el segundo con un trallazo desde la frontal que el cancerbero rival desvió con muchos apuros antes de ampliar el marcador con una obra maestra. Talento en estado puro que dejó completamente grogui (Piqué aún debe estar buscando al moañés en su cabeza) a la zaga azulgrana. En plena vorágine atacante céltica, con el Barça dando tumbos, Mattieu cometió suicidio acosado por Bongonda y llevó el delirio a Balaídos.
lucho recurre a iniesta
Escocido por el baño recibido en el primer tiempo, Luis Enrique jugó tras el intervalo la baza de Iniesta, cuya entrada en el campo mejoró las prestaciones del Barcelona, que reclamó la pelota, hizo retroceder algunos metros al Celta y buscó con más profundidad la portería de Sergio. La suerte no obstante favoreció a los azulgranas, que se encontraron el gol en una acción aislada. La jugada partió, cómo no, del mago de Fuentealbilla, que colgó un centro en el área mal medido por Sergio que Piqué, tras adelantarse en el salto al Gato, convirtió en primer gol blaugrana.
un dudoso penalti
El gol del zaguero azulgrana pero sobre todo el árbitro, con un dudoso penalti que vio el juez de línea, permitió al Barça meterse en el partido a pesar de las precauciones de Berizzo, que reforzó sin mucho éxito el medio campo con Marcelo, que entró por Bongonda.
ter stegen se suicida
En plena reacción azulgrana, Ter Stegen se abrió las venas con un error incomprensible que premió la perseverancia y fe de Pablo Hernández, que presionó al portero alemán en el área chica y, en un golpe de suerte, anotó de cabeza su despeje.
un final delirante
Luis Enrique echó el resto con Denis Suárez y Paco Alcácer; Berizzo blindó la defensa y el Barça aun logró encontrar un tercer gol (que el de Salceda sirvió a Piqué) en un final de partido delirante, con alternativas en ambas porterías que el Celta supo administrar con suficiente inteligencia.
