Un gol en los últimos minutos del partido, el marcado por Schurrle a tres del final, castigó al Real Madrid, que supo sufrir en el primer tiempo tras el reencuentro con el gol de Cristiano Ronaldo, perdonó la sentencia en el segundo y acabó cediendo dos puntos.La vida no cambia para el Real Madrid en Alemania, donde sus visitas responden a un patrón de sufrimiento. Tercer partido consecutivo ante un equipo que viste de amarillo y tercer empate, tras el Villarreal y la UD Las Palmas.

El duelo fue trepidante, con un ritmo endiablado, de ida y vuelta. Dos equipos que mostraban su velocidad ofensiva. Un Real Madrid en apuros cuando Gotze conectaba con Dembélé y Aubameyang, pero que se mostraba cómodo jugando al contragolpe.

El duelo a intercambio de golpes lo planteaba el Dortmund, que rápido respondía para poner a prueba de Keylor Navas. Regresaba tras meses sin jugar y se le vio sin tener tomada la medida a su portería. Eran minutos en los que Ramos y Varane eran examinados por impulsos de raza, fuerza y velocidad del Dortmund. Los espacios que quedan a la espalda de centrocampistas que añoran a Casemiro, eran explotados por el conjunto germano. Dembélé chutaba abajo en carrera y Keylor evitaba el tanto. Un minuto después lo volvía a intentar sin encontrar puerta.

Las respuestas madridistas eran inmediatas. Benzema se caía al suelo con todo a su favor en el mano a mano. Era la jugada que avisaba del gol. Con campo para correr, James encontró el desmarque de Bale, de tacón asistió a Cristiano que con un tiro cruzado se quitó de golpe la ansiedad.

El castigo llegaría en la recta final del primer tiempo. Una perdida de balón de Ramos acabó en falta y un grave error de Keylor. El disparo de Guerreiro no tenía la fuerza suficiente como para ser rechazado. E despeje de puños se alió con la mala suerte al estrellarse en Varane y acabar en gol en propia puerta.

En la reanudación el Real Madrid recuperó la personalidad del campeón de Europa.Fue desde una clara ocasión perdonada por Cristiano, que cabeceó ladeado un buen centro de Ramos, cuando llegaron los mejores momentos madridistas. Con velocidad y calidad el Real Madrid desarmaba a su rival. Bale encontraba un carril y a Benzema le faltaba velocidad para rematar el segundo tanto.

Pero el espíritu guerrero del Borussia impidió que se diera por vencido.Cuando el partido debía morir, Pulisic se iba de Danilo y su centro caía muerto a Schurrle, que fusilaba arriba el empate definitivo.

En la cabeza de Varane, tras un córner, estuvo el triunfo, pero no encontró puerta y el Real Madrid cedió dos puntos que tenía en el bolsillo.