El Alertanavia sigue sin ganar en este comienzo de temporada y, además, cosechó su segunda derrota consecutiva, en esta ocasión ante un Porriño Industrial que, precisamente, vive la situación contraria al haber ganado sus dos últimos compromisos tras haber caído en los tres primeros. Los vigueses adolecieron una vez más de pegada y no fueron capaces de transformar su dominio de la posesión de balón en llegadas claras con peligro a la portería defendida por Fernando, todo lo contrario que un conjunto visitante que sí inquietó en varias ocasiones la meta de José.

Pese a todo, el gol que acabaría definiendo el encuentro llegó en una desgraciada acción para el Alertanavia. Una falta ejecutada por Carlos desde la frontal que tocó en la barrera y descolocó completamente al portero vigués para convertirse en el 0-1 cuando se cumplía el minuto 20 de encuentro.

El Porriño pudo incluso aumentar su renta antes del intermedio tras una pérdida de balón en la salida de Kiko Nores que acabó con un lanzamiento de Benja que se estrelló en la escuadra de la portería defendida por José.

El descanso sirvió para que el equipo de Miguel Domínguez intentase aclarar las ideas, afrontando los segundos cuarenta y cinco minutos con la idea de dotar de mayor verticalidad a su juego.

Y así sucedió en los primeros instantes, en los que se produjeron dos buenas incorporaciones por banda derecha de Kiko Nores que llevaron algo de peligro a la meta rival.

Mano a mano

Pero una falta de entendimiento entre los centrales locales permitió poco después a Claudio plantarse mano a mano ante José, quien ganó la partida al atacante visitante consiguiendo desviar su disparo a córner.

El susto frenó momentáneamente el ansia de un Alertanavia que, aún así, se volcaba cada vez más sobre la portería de un Porriño Industrial que, fruto de ello, gozaba de dos buenas llegadas al contragolpe de Pedro que acabaron marchándose por encima del larguero de la portería de José.

La expulsión de Bruno a cinco minutos para la conclusión del choque permitió a los vigueses buscar, con más corazón que cabeza, un empate que les permitiese rescatar al menos un punto y seguir sin conocer la derrota como locales. Hubo algún acercamiento en esos instantes finales pero ninguna oportunidad que pusiese realmente en peligro el triunfo visitante.