El Unión Grove llegó tarde al inicio del encuentro en Monte da Vila. Y no nos referimos a su presencia física sobre el terreno de juego, sino a la concentración necesaria para no conceder ventajas a un rival de la calidad del Atios. La activación se hizo evidente con el paso de los minutos, pero el terreno cedido terminó por convertirse en insalvable para los de Nel Blanco.

Las premisas estaban claras. Que fuesen los porriñeses los que manejasen el balón en su zona defensiva para ir a buscarlos ahí para presionar y llegar lo más rápido posible a la portería. La teoría estaba clara, pero la transferencia a la práctica resultó un tanto caótica en su puesta en escena. La descoordinación en el trabajo colectivo terminó por generar espacios que jugadores de la talla de Víctor Besada o Antúnez supieron gestionar ante un desarbolado rival.

Tal era el estado de desconexión de los grovenses que el 0-1 llegó en un penalti indiscutible. Fue un tiro lejano que fue rechazado llegando a pies de un delantero visitante que fue arrollado sin miramientos.

Curiosamente el gol despertó al Unión Grove. Blanco ajustó la distancia entre las líneas a la hora de seguir presionando y el partido fue derivando en buenas sensaciones. Dieguito estuvo muy cerca de hacer el empate, pero Vidal sacó una mano prodigiosa a un disparo que ya se colaba por la escuadra. Incluso Reguera, a la salida de un córner, mandó fuera un cabezazo prácticamente sin oposición.

El conjunto azul pasaba por su mejor fase de juego, pero un fatídico error en la salida del balón jugado desde atrás y Olivera hizo el 0-2 minutos antes de la llegada del descanso. Un mazazo anímico importante cuando más cerca parecía el empate.

Con un panorama tan favorable, el Atios se replegó en la segunda parte y el Unión Grove no estaba dispuesto a tirar la toalla. Lo cierto es que crearon ocasiones como para meter el miedo en el cuerpo a su rival. Ramón dispuso de un mano a mano y Dieguito y Diego Blanco también pusieron a prueba su capacidad rematadora.

El tiempo dificultaba aún más la tarea y ya en el último cuarto de hora, el Atios dispuso de situaciones claras para engordar la diferencia ante un equipo local muy volcado. Incluso el poste evitó el que pudo ser el 0-3, además de desperdiciar varias ocasiones de contraataque muy claras.

Tercera victoria consecutiva de un Atios que se acomoda ya en la segunda plaza a la espera de lo que devenga la competición.