El filial céltico se mantiene invicto en este gran comienzo de temporada y sumó una trabajadísima victoria, la tercera consecutiva, al imponerse por la mínima al Pontevedra, a pesar de haber tenido que disputar más de una hora de encuentro con un jugador menos por la expulsión de Borja Fernández. Los visitantes no supieron sacar partido a tanto tiempo de superioridad numérica y apenas inquietaron a un equipo local muy intenso y bien colocado que, además, supo aprovechar un error de la defensa granate para marcar el tanto que finalmente les dio los tres puntos.

El encuentro pudo cambiar radicalmente antes incluso de que se cumpliera el primer minuto de juego cuando Bonilla conectó un preciso centro medido a la cabeza de Mario Barco. Pero el remate del goleador visitante, con todo a su favor para marcar, se marchó fuera.

El susto inicial amedrentó un poco al filial céltico, que no lograba hacerse con el mando del encuentro. Los de Luisito, mientras, desperdiciaban otra buena oportunidad para inaugurar el marcador al cuarto de hora. La defensa local consiguió taponar el primer intento de lanzamiento de David Añón pero el rechace acabó a pies del propio Mario Barco, que disparó desviado.

El partido empezaba a asentarse cuando llegó la jugada clave del derbi: Borja Fernández cae derribado por un rival, el árbitro señala la falta a favor de los locales pero decide mostrar la tarjeta roja al mediocentro vigués por una posible agresión sobre David Añón en la continuación de la jugada (minuto 25).

Pero el Pontevedra no acabó de digerir su superioridad numérica y todo el peligro que había mostrado en los veinticinco minutos desapareció por completo, convirtiéndose Néstor Díaz en un mero espectador del encuentro.

El movimiento de piezas de Luisito tras el intermedio tampoco surtió efecto. Bien replegado atrás y saliendo en velocidad en largo para buscar la segunda jugada, el filial céltico hizo retroceder metros a un Pontevedra sin ideas.

Tanto es así que un excelente control de Juan Hernández permitió a Borja Iglesias encarar la portería rival y sacar un precipitado lanzamiento que se marchó fuera, cuando Hicham se desmarcaba absolutamente solo (min.54).Y en una acción parecida llegó el tanto que acabó decidiendo el partido. Miguel se equivoca al despejar de cabeza un balón que posiblemente se marchase por la línea de fondo sin mayores complicaciones, entregando la pelota a Hicham. Éste combinó rápido con Brais Méndez, que encontró el hueco necesario para poner la pelota a la carrera de Juan Hernández. Y el extremo tuvo la paciencia y calidad necesaria para llegar a la línea de fondo, levantar la cabeza y colocar un medido pase atrás que Borja Iglesias llevó al fondo de la portería.