El Atlético confirmó ante el Sporting su delantera ganadora, voraz y resolutiva camino del partido del miércoles en Barcelona. Su reacción ha sido potente. En una semana, de Balaídos a ayer, ha logrado tres victorias, ha conectado con el gol -diez en siete días-, no ha recibido ninguno y ha ofrecido momentos de fútbol concluyente.

La pegada arriba del Atlético fue incontestable. Al minuto 1 ya ganaba 1-0, con un flojo cabezazo hacia atrás de Isma López que aprovechó Gameiro y que culminó Griezmann, infalible. El Sporting buscaba explicación. Era simple. A sus facilidades defensivas se sumó que el conjunto madrileño tiene un arsenal imparable. Lo demostró Gameiro en el 2-0, con una maniobra inalcanzable y un derechazo sublime.

Necesitaba una acción así Gameiro, un goleador incuestionable, que aporta muchísimo más. Implicado al máximo en el esfuerzo colectivo, insistente en la presión, de ágil y rápido regate y arrancada veloz. Si había alguna duda sobre él, ya no queda ninguna.

Tampoco en las múltiples variantes ofensivas que maneja esta temporada Simeone: Griezmann, Gameiro, Gaitán, Carrasco... Ayer los juntó a todos en el once titular; un 4-4-2 de tendencia ofensiva.

El Sporting tomó un rato la posesión. El Atlético pareció fuera de sitio por momentos, lejos del rigor táctico. Simeone, aclamado en el Calderón días después de la reducción en dos años de su contrato, de 2020 a 2018, detectó rápido el problema: la superioridad en el medio campo de su adversario. Centró a Gaitán y retrasó a Griezmann a la banda. La solución fue inmediata. A la media hora, el Atlético marcó el 3-0, un zurdazo de Griezmann.

Un triunfo imponente que amplió en el marcador en el segundo tiempo, ya con cambio de delantera Torres y Correa conectaron en el 4-0 y el madrileño también firmó el 5-0 de penalti para rematar los tres puntos rumbo al Camp Nou.