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EUROPA LEAGUE

Un traje holgado

El Celta, en su versión más alejada del estilo de Berizzo, no supo adaptarse al nuevo sistema y ocupó mal los espacios

Eduardo Berizzo en el banquillo del Standard de Lieja - Celta // STEPHANIE LECOCQ

El empate, veinte minutos escasos de juego fluido, el instinto de Rossi y la energía de Lemos. Es todo lo que el Celta puede rescatar de su partido en Lieja. El equipo mostró síntomas de nerviosismo e incluso descomposición. Demasiadas dudas por tres simples derrotas ligueras.

otro dibujo, otra alma

El cambio de dibujo no implica necesariamente un cambio de personalidad. Cuenta más la intención, la posición de partida, la consigna del técnico. Berizzo, sin embargo, modificó el alma de su escuadra a la vez que su fisonomía, probablemente sin quererlo. El Celta ha sido siempre un conjunto reconocible bajo su mando, incluso en sus naufragios. El de ayer era otro, con su reflejo deformado por el espejo cóncavo europeo: un equipo impreciso, desajustado en la marca, adicto al pase largo, avaricioso en su intención. Los jugadores, en general, ocuparon mal los espacios, como si el nuevo traje táctico les quedase holgado. El Standard generó peligro gracias al espacio vacío entre los centrales y los pivotes.

desorientación

El experimento exigía un arranque tranquilo, que permitiese a las piezas posarse. Evitar errores se antojaba más importante que buscar los aciertos en ese tramo. El Celta se comportó en ese sentido con la bisoñez que se condensa en David Costas. Al canterano le sobra atrevimiento con el balón. Debiera centrarse primero en lo básico. Pero también Sergi Gómez y Cabral se sintieron desorientados. A Berizzo le falta mucho trabajo para que este sistema resulte útil en su libreto.

pione, por la izquierda

Pione Sisto sigue en la incubadora. Está tierno. Le puede la ansiedad por agradar. De momento entiende el juego en las proporciones contrarias a lo adecuado: tiende a retener y regatear como primera opción y a la combinación sencilla como alternativa. Pero ya asoma algún indicio, como que le resulta más cómodo encaramarse al juego desde la banda izquierda. Y es probablemente lo que convenga, al menos en estas primeras semanas, para facilitarle el crecimiento.

piezas desdibujadas

Mucho se insiste en la añoranza de Nolito, que pronto se convertirá en aquel al que no nombramos. Pero no todos los desajustes en la maquinaria se explican por su venta. Wass y Jonny, jugadores que han destacado por su extraordinaria regularidad, atraviesan probablemente su punto más bajo de rendimiento. Tampoco Radoja se encuentra próximo a su mejor versión. El Celta tuvo que guarecerse otra vez en el Tucu, hiperactivo en la falta recibida y cometida, en la pausa, en la cuota mínima de distribución e incluso en la producción ofensiva, con dos cabezazos que fueron las mejores ocasiones de la segunda mitad. Pero necesita aliados. Acumula demasiado castigo.

la amenaza

Gillet falla porque Rossi prueba. El italiano remedia esa carencia de amenaza desde la media y larga distancia. Es cierto que le falta ritmo y que debe dosificar su despliegue físico. El Celta tiene que aprender a utilizarlo porque en el último tercio sigue siendo excepcional.

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