El tenista suizo Stanislas Wawrinka embistió (6-7(1), 6-4, 7-5, 6-3) al número uno del mundo Novak Djokovic para conquistar el US Open, el tercer 'grande' de su palmarés y el primero en Nueva York, en una final que remontó con autoridad ante el serbio para quedarse con sólo Wimbledon pendiente para completar el 'Grand Slam'.

En su primera final en Flushing Meadowse, Wawrinka destronó al campeón con el tenis efectivo que le hace no fallar en la pelea por un título. Un pleno en las últimas once finales que hizo bueno ante un 'Nole' que aguantó como pudo contra un rival a otro ritmo. El suizo, siempre más ayudado con su saque y un revés marca registrada, fue de menos a más.

El suizo reveló que antes de la final se encontraba "muy nervioso" hasta el punto de que estaba "temblando por completo" y se puso a llorar, aunque su historia tuvo final feliz tras superar "una batalla muy difícil contra Djokovic" en Nueva York. "Antes de la final estaba muy nervioso, como nunca antes. Estaba temblando en el vestuario. Me he puesto a llorar. Estaba temblando por completo", reveló tras conquistar el tercer 'Grand Slam' de su carrera.

Wawrinka explicó que este año está "jugando mucho mejor que el año pasado". "Nunca soñé con ganar un Grand Slam hasta que gané el Abierto de Australia. Nunca fue un sueño para mí porque estaba demasiado lejos", recordó.

"En mi primera final de un 'grande' fui a la pista a ganar, pero sabía que podría perderla también. Luego estás en otra final de 'Grand Slam', no eres tan joven y no quieres perder la oportunidad de ganar ese título. El trofeo de finalista no es lo mismo", concluyó.

"Ganar el Abierto, como los dos torneos anteriores de Grand Slam, a partir de haber cumplido los 28 años es una gran compensación a todo el esfuerzo que realizo cada vez que estoy en el campo porque lo único que hay en mi mente es superarme siempre", destacó Wawrinka, que a sus 31 años y cinco meses se convirtió en el campeón más veterano desde que lo consiguió el australiano Ken Rosewall (35 años y 10 meses) en 1970.

Como había sucedido en todo el torneo, Wawrinka reconoció que debido a esa mentalidad, que nunca le preocupa lo que señale el marcador, el haber perdido el primer set ante Djokovic en el desempate no le afectó para nada sino todo lo contrario lo motivó al ver que podía competir.

"He llegado a tres finales de Gran Slam y las he ganado porque nunca sentí la presión de que debía ser campeón, sí la de salir y hacerlo bien", destacó Wawrinka que le tocó jugar 17 horas y 54 minutos para conseguir el título en el Abierto, comparadas a las ocho y 58 minutos de Djokovic, que se encontró con tres rivales que se retiraron: "Tampoco me cuestiono si enfrente tengo al mejor jugador del mundo".

Wawrinka durante la ceremonia de entrega del premio de campeón, no tuvo problemas en reconocer que gracias a los duelos contra Djokovic había alcanzado su mejor nivel de tenis.

"Lo que sí es una realidad es que gracias a ti estoy donde estoy hoy", subrayó Wawrinka al dirigirse personalmente a Djokovic.

Por su parte, Djokovic, de 29 años, admitió que el nuevo campeón se merecía el triunfo. "La victoria ha sido completamente merecida", declaró Djokovic, que tendrá que esperar a la próxima temporada para conseguir el ansiado decimotercer título de Grand Slam. "Ha sido (en referencia a Wawrinka) el jugador con mayor coraje en los momentos decisivos".