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El derbi de David Monreal

"Encontrarme con Norm es un desafío para mí", comenta sobre el derbi del domingo en el campo de As Lagoas

David Monreal, en las instalaciones del Campus Ourense. // Iñaki Osorio

Aunque hijo de padres aragoneses, nació en Ourense. Pero se trasladó bien pronto a Cataluña, donde creció y maduró. Por amor al rugby cambió su Hospitalet por Nueva Zelanda en el tramo final de su carrera. Allí, en las Antípodas, formó familia y amigó con Norm Maxwell, un antiguo All Black, al que en 2010 propuso compartir la aventura que el Vigo Rugby le proponía. Ahora, dos años después de no ser renovado por la directiva olívica y hacerse cargo del Campus Ourense, él y Maxwell se disponen a medirse en el duelo del domingo, que abre la temporada en División de Honor B y es triple derbi: gallego, entre campus y de íntimos.

-Es por lógica un partido especial para usted, más allá del derbi. Su primer enfrentamiento contra el Vigo Rugby.

-La verdad es que es un partido muy especial y más en la primera jornada. Si hubiera tocado con la liga más avanzada? Vigo fue mi casa durante cuatro años. Guardo muy buenos recuerdos. No solo será un partido especial, sino diferente a cualquiera de los que he vivido hasta ahora.

-En el Vigo Rugby tiene usted trascendencia histórica. Como entrenador logra el primer ascenso a División de Honor y además, como jugador, es suyo el ensayo decisivo en el play off con el CRC. Lo mantiene durante tres campañas en la máxima categoría y, una vez más como jugador, también firmando el ensayo que completaba la remontada en el play off con el Barcelona.

-Fue también producto del trabajo de los entrenadores que habían estado antes que yo. Influyó nuestro trabajo, claro. Ya es cosa del club considerar si tengo trascendencia histórica. Para mí simplemente hice mi trabajo, disfruté durante el tiempo que estuve, con mis altibajos. Con otro punto de vista y más calma, fueron cuatro años en los que aprendí mucho y siempre di lo mejor de mí.

-Fue una salida dolorosa para usted. ¿Cómo ha quedado su relación con la directiva?

-Con la directiva no he mantenido mucha relación. Pero sí con Norm, con el que sigo hablando prácticamente cada semana, y con Mera cuando estaba. Le sigo deseando siempre suerte al equipo. También hablo con algunos jugadores. Durante estas dos temporadas, en los momentos que he visto oportunos, les he enviado mensajes de apoyo y me he preocupado por su bien o por si alguno se había lesionado.

-Es su primer enfrentamiento con Norm, cuya vida cambió precisamente cuando usted le propuso venirse juntos a Galicia.

-Es una situación curiosa. Los dos vinimos juntos y muy ilusionados a un club que tenía un proyecto interesante. Son los caminos de la vida. Norm se fue durante año y medio y luego volvió al club. Y yo salí al Ourense. El primer año ganamos la Liga Gallega y el segundo repetimos y hemos ascendido a División de Honor B. Encontrarnos con el Vigo y con Norm será un desafío para el equipo y para mí. A nivel personal, Norm y yo nos enfrentaremos con toda la rivalidad y la deportividad que nos caracterizan. Será un partido entretenido. O eso espero.

-Mientras formaron tándem técnico en Vigo, usted se encargaba más de la parte táctica y Norm, de la espiritual. Pero compartían una visión sobre el rugby. Difícilmente podrán sorprenderse mutuamente en el derbi.

-No es cuestión de sorprender. Yo tengo mi filosofía de juego, puedo variar un poco, pero me mantengo fiel a mis principios y a mi manera de ver el rugby. No voy a cambiar nada por jugar contra Norm. Y él es igual. El estilo es lo que debe diferenciar a un técnico y a un equipo. Tienes que ser fiel a lo que crees.

-Ambos defienden el rugby arriesgado, ofensivo, alegre? Su salida tiene en parte que ver con la idea de la directiva de girar hacia un rugby más sólido. Pero tras el regreso de Norm se ha vuelto a la idea original.

-Norm ya llevó el año pasado el equipo (en el anterior había formado pareja con Alberto Mera, que a su vez había sido ayudante de David) y su manera era jugar desde cualquier sitio, siempre manteniendo la posesión del balón y utilizando a sus jugadores clave como Maka, Uru y Maguna. La salida de Maguna del club me ha extrañado. Es una baja sensible.

-¿Es el Vigo favorito por estar más consolidado en la categoría? En el rugby gallego se comenta que usted ha construido una buena plantilla.

-Bueno, hemos hecho un equipillo ahí? Espero que no pasemos apuros. Tenemos que ser realistas. Somos un equipo con mucha ilusión, pero también con mucha gente verana, de 35 para arriba y alguno con 40. Hay algunos jóvenes y hemos incorporado gente de Galicia y de fuera, retoques. Pero la ilusión de jugar por primera vez en Honor B es nuestra principal baza. Vigo, aunque no hiciese una gran campaña el año pasado, le puso las cosas muy difíciles a los de arriba. Mantienen un bloque bastante similar al que disputó el último año en División de Honor. Sí que son favoritos.

-Dispone usted de dos juadores neozelandeses, Tui y Sefo; y un inglés, Marston. ¿Cómo se las ha arreglado para lograrlo?

-La política del club es que la gente no cobre por jugar. Tenemos cuatro extranjeros. Tui y Sefo trabajan de promoción en los colegios y dan clases extraescolares de rugby en cinco centros. Trabajan para lo que ganan. Marston y otro neozelandés dan clases de inglés. Sefo es un talonador gigantesco. Me lo traje porque el año pasado también acabé jugando y ya no tenía más ganas. El hombro me iba cada vez peor. El chaval fue campeón mundial sub 20, como Riki Tukaki cuando vino en su día a Vigo. Por lo que demuestra en los entrenamientos podría marcar la diferencia incluso en División de Honor. Y también Tui.

-Una de sus ventajas es su conocimiento del mercado neozelandés. Pero más allá de eso está su capacidad para construir equipos que ascienden.

-Mis únicas claves son trabajar y confiar en la gente que tengo. Y ser fiel a lo que creo, convenciendo a los jugadores para que también crean. Siempre les digo que jueguen sin complejos. Si el rival es mejor, que nos gane en el campo. Otro ascenso no es nuestra meta. No estamos preparados económica ni deportivamente para subir a División de Honor. Pero trabajaremos por jugar cada partido mejor y a ver hasta dónde podemos llegar.

-Lleva seis años en Galicia. ¿Cuáles son sus planes de futuro? ¿La puerta en Vigo ha quedado abierta?

-En este mundo no puedes decir nunca nada. Este año he tenido dos ofertas de División de Honor y otra de División de Honor B en el grupo de Levante. Y dije que no porque estoy contento donde estoy. No sé en el futuro. Si Ourense sigue contando conmigo, seguiré. No soy alguien a quien le guste cambiar y en el mundo del rugby no hablamos de cantidades de dinero que te hagan moverte. Busco estar feliz en un sitio y que la gente disfrute con lo que hacemos. ¿Vigo? Nunca se sabe qué puede pasar.

-No se puede discutir que en el rugby gallego Norm y usted han marcado una diferencia. ¿Lo siente así?

-Sí puedo estar contento al ver en diferentes clubes a gente que hemos tenido de jugadores: Mera, que ha vuelto a Ferrol; Pakito, que también estuvo entrenando en Ferrol en dos grandes temporadas; Chema está realizando un buen trabajo en el PRC; Mariano se fue a Mareantes. Ellos están dando continuidad a ese trabajo que hicimos y el resto de equipos gallegos se están aprovechando de ello. Es algo bonito, que te quedas.

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