La idea surge de Altran, la empresa en la que trabaja Roberto López. La firma quiere colaborar con Cruz Roja en la campaña de ayuda a Ecuador, que a mediados de abril sufrió un fuerte terremoto, como ya hiciera con Nepal el año pasado. López propone entonces una expedición de alta montaña como escaparate visual de la acción. Los responsables de Cruz Roja España consultan a sus homólogos ecuatorianos y estos aprueban la idea. Y hacia allí parte mañana el alpinista vigués.

La cima del Chimborazo será la meta de Roberto López, que cuenta en su currículo con expediciones a McKinley, Pico Lenin, Aconcagua, Ojos del Salado, Elbrus, Mont Blanc o Kilimanjaro. El Chimborazo, un volcán extinguido, se eleva hasta los 6.300 metros de altura aunque Roberto, allá arriba, será el ser humano con los pies en el suelo más alejado del centro del planeta.

No es una subida excesivamente compleja a nivel técnico, pero encierra sus peligros. Las elevadas temperaturas medias provocan que la nieve esté aguada y el hielo quebradizo, con grietas, lo que obliga a los alpinistas a caminar de noche, cuando el calor se mitiga. Y en la zona resulta muy intenso el soroche, como se conoce al mal de altura.

La adaptación al escaso nivel de oxígeno es uno de los factores que Roberto López ha tenido más en cuenta en su cronograma. Mañana parte de Madrid a Quito, la capital ecuatoriana, ya situada a 2.600 metros de altitud. Desde allí se trasladará al Cayambe, otra montaña, también un volcán, en el que pasará dos o tres días de aclimatación. Será después cuando afronte el asalto al Chimborazo.

El campamento base, más arriba de la localidad de Riobamba, se encuentra a 5.000 metros de altura. Muchos alpinistas realizan la ascensión de una sola tirada, salvando así 1.300 metros de desnivel. Una posibilidad arriesgada, que multiplica el peligro de sufrir mal de altura. Roberto López irá pertrechado para acampar, por si acaso. Calcula en emplear nueve horas en la ascensión y entre cuatro o cinco en el descenso. Si todo se cumple como lo ha planificado, el día 18 habrá coronado el Chimborazo.

Su viaje a Ecuador no habrá concluido ahí. Cumplida la parte más deportiva y aventurera, será el momento de la solidaria. Contactará en Quito con Cruz Roja Ecuador y viajará con ellos a Pedernales, el cantón en la costa más afectado por el movimiento sísmico que el pasado 16 de abril causó casi 700 muertos.

Será la Cruz Roja ecuatoriana la que gestione de la mejor manera las posibilidades publicitarias de la expedición de Roberto López para recabar ayuda. "Todos podemos realizar acciones pequeñitas que juntas se multiplican por mil", defiende el vigués, miembro de la Federacion Galega de Montaña y del Clube Xistra. "Esto sucedió y aunque los medios de comunicación se olvidaron de ello a los quince días, las consecuencias siguen afectando a la población". Su recordatorio es uno de los objetivos del viaje.