El éxito del I Memorial Quino Salvo se tasa en los ojos húmedos de sus organizadores, íntimos del baloncestista vigués, fallecido en junio a los 58 años. "¿Nervioso? No, feliz", exclama Chiño Abalde, cuando gira la vista a su alrededor, con 3.000 aficionados en el Central, que así resucita del letargo de estos tiempos.

El baloncesto vigués se volcó en el homenaje a Quino Salvo. Acudieron viejas glorias, miembros del Amfiv y del Celta Zorka, jugadores federados y de Vigo en Xogo, los habituales de las pachangas de Samil y Castrelos, los niños que ahora empiezan. Esa "familia del baloncesto" a la que se refiere el alcalde, Abel Caballero, en su breve alocución, en la que se compromete a la continuidad del evento. "En nuestra memoria sigue Quino, pero también está en el presente y tiene que formar parte del futuro. Este memorial, el primero porque seguirá cada año uno, es nuestro recuerdo y el legado del que formáis parte la gran familia del baloncesto. Quino sigue, el baloncesto sigue".

La jornada se había iniciado por la mañana con un torneo de minibasket en la explanada de Praza do Rei. Siguió de tarde, ya en el Central, con el derbi vigués de Liga EBA y el duelo de ACB entre Obradoiro y Joventut. Pero el núcleo emotivo se concentró justo antes de ese último encuentro, durante la entrega de placas a la familia de Salvo. Asistieron su madre, Paula; sus hermanos, José Ángel y Mari Carmen; su exmujer, Marta, y sus hijas, Patricia y Silva. Tras ese acto protocolario el actor Pepe Suevos, maestro de ceremonias, pidió un minuto de aplausos en vez de un minuto de silencio "porque Quino era más de ruido". La ovación estremeció las viejas costuras del Central. Y aún quedó el "Miudiño", himno oficioso del Obradoiro.

"Estamos muy agradecidas", declara Patricia Salvo. "La respuesta ha sido impresionante. Mucho trabajo de toda la gente. Mi padre se merece todo y más, pero de verdad que ha sido espectacular. Muy emotivo y claro, un poco duro", confiesa. "Éramos conscientes de lo que la gente quería a mi padre. Pero desde luego no imaginas tanto cariño. Nos sentimos orgullosas de ser sus hijas".

Respecto a la posibilidad de que el memorial se convierta en un torneo estable, la hija de Salvo apunta: "Sé que es complicado. Sólo con lo que se ha hecho este año ya valdría para honrar su figura. Pero ojalá se prolongue en el tiempo".

Al homenaje ha acudido Pepe Laso, histórico entrenador español y padre del actual técnico del Real Madrid. Pepe dirigió a Quino en el CAI y el Forum. "No estamos hablando de un jugador, estamos hablando de todo un personaje. Yo que soy muy poco del pasado y mucho del futuro hago una excepción en este caso y muevo todos mis recuerdos hacia el amor que le teníamos", indica Laso. "Hay un boca a boca, una transmisión de los sentimientos. Por eso no me extraña que sea un éxito de público. Sería fantástico que en una ciudad como Vigo hubiese una memoria constante de Quino. Estos eventos los crean personas singulares".