Las pistas de Flushing Meadows en Nueva York albergarán desde hoy el Abierto de los Estados Unidos, cuarto y último 'grande' de una temporada que encara su recta final con el serbio Novak Djokovic como defensor del título y afincado en el número uno del mundo, un reinado muy discutido por el británico Andy Murray y con el que espera competir el español Rafa Nadal.

El glamour de la 'Gran Manzana' pone fin al 'Grand Slam' de un 2016 que comenzó bajo la dictadura del de Belgrado, pero que el escocés ha logrado eclipsar en los últimos meses. En medio de este cuerpo a cuerpo y las voces que sueñan o ven desvanecerse el concepto del 'Big Four', Nadal tiene el reto de volver a la reconquista interrumpida por una lesión de muñeca.

El balear regresa al escenario en el que confirmó, después de caer en tercera ronda ante Fabio Fognini pese a ir 2-0 arriba, que el 2015 no era su año. La ansiedad de resultados y la lesión que reconoció como mental quedaron atrás la presente temporada con actuaciones competitivas y los títulos de Barcelona y Montecarlo. En pleno disfrute, su muñeca izquierda dse reveló en Roland Garros.

Después de dos años, el de Manacor asomaba de nuevo a un escenario mundial bajo la tutela de 'Nole' y Murray, y del que comenzaba a ausentarse por las lesiones el suizo Roger Federer, como hará ya el resto del 2016. Tras una recuperación contrarreloj, Nadal se regaló en la segunda semana de agosto unos Juegos Olímpicos en los que rozó la medalla individual y conquistó el oro en dobles.

Ahora, el examen de reválida para el 14 veces ganador de 'Grand Slam' es la opción de pelear por el primer 'grande' en más de dos años. Nadal aún tiene dolor en su muñeca y la pasada semana en Cincinnati su cuerpo pidió un respiro. Tras recuperar el aliento, hoy debuta ante Denis Istomin.