"Cuando una puerta se cierra, hay otra que se abre", así resume Martín de la Puente su vida, quien debido a una enfermedad en los huesos perdió parte de su pierna izquierda. Una situación complicada que lo ha hecho madurar; eso sí, sin perder la sonrisa. Este joven vigués practica tenis en silla de ruedas, además de baloncesto, desde los 10 años. Siete después, número 26 del ranking mundial, y con una ambición innegable, tiene plaza para hospedarse en la Villa Olímpica de Río de Janeiro en los que serán sus primeros Juegos Paralímpicos.

- "Confía y ten fe en aquello que no se ve". Ese es su lema, por lo menos en Whatsapp.

- (Risas) Pues sí. Nadie me lo había preguntado. Con ello quiero decir que al principio, a pesar de que no salgan las cosas, de que tengas mala suerte en el deporte y en la vida en general, pues que si pones de tu parte y confías en ti mismo y en lo que haces, van a salir. Está pensado en eso.

- A los 3 años le diagnostican el síndrome de Proteus, una de las enfermedades más raras del mundo que provoca el crecimiento anormal de los huesos. Desde entonces, a partir de los 10, el tenis de silla le ha dado muchas alegrías. La vida a veces te quita y otras te da.

- Sí, sí. Yo soy partidario de que cuando una puerta se cierra, hay otra que se abre. En mi caso, el tenis me abrió no solo una puerta, sino varias. A pesar de haberlo pasado mal y de que las cosas no salieran como uno quería al principio, el tenis me ha dado lo que no tenía. Aparte de los estudios, es casi mi vida. Le dedico muchas horas de mis días al tenis. Me ayuda a olvidarme de todo, a reír, a conocer gente nueva, a viajar? Es una parte muy importante en mi vida.

- Tenía solo 13 años cuando se planteó la posibilidad de participar en los Juegos Paralímpicos. Ahora, a los 17 va a cumplir el sueño de cualquier deportista.

- Cuando nos lo planteamos mis padres y yo, no confiábamos en ello. Me decían "Martín, vamos a intentarlo, pero si no puede ser, no te preocupes porque es muy difícil y lo más normal es que no vayas, eres muy joven". Y todo el mundo me dice lo mismo. Entonces, los partidos los afronté pensando en que si iba, pues genial y si no, pues que ya me quedarían más por jugar.

- En la Villa Olímpica se encontrará con deportistas que por edad podrían sus padres y hasta sus abuelos.

- (Risas) Estará "Chano" Rodríguez por allí intentado conseguir unas medallas más. Es un referente en el deporte gallego y yo encantado de compartir selección y todo con él.

- Ojalá pueda conseguir tantas medallas como él.

- Sí, claro. "Chano" al final es un icono del deporte creo yo porque lo que ha conseguido muy pocos lo han logrado hacer. Alzarse con tantas medallas como él es un reto de futuro, bastante grande? a ver si dentro de unos años lo consigo.

- Las personas en general solo nos fijamos en lo que limita la silla de ruedas, ¿usted en qué se fija, en qué piensa cuando cada día se sube a la suya?

- En mi día a día, utilizo una muleta para caminar. La silla la uso solo cuando voy a jugar a tenis y a baloncesto . Pero cuando me subo a ella, cuando voy a entrenar, pienso que es mis piernas, es el medio que me está llevando a ser un deportista más del circuito. No la veo como un impedimento, sino como una oportunidad, una parte de mi cuerpo.

- Si volviera a nacer, ¿cambiaría algo de su vida?

- A pesar de que el tenis me ha dado muchas cosas, me costó mucho pasar las operaciones. Cuando tenía 15 años ya me habían operado dieciséis veces. Para mí, fue muy, pero que muy duro. Siempre estaba pensando en cuándo iba a parar eso. Pero ahora, estoy bien como estoy. Obviamente, no sé si estaría mejor sin la enfermedad, o sea, qué me depararía esa alternativa. Pero para mí, no hay ningún impedimento ahora, no hay límites. Me pongo retos como cualquier otra persona y los puedo cumplir.

- Me sorprende su madurez.

- He aprendido a apreciar cosas que otra gente no hace. Vas madurando. Puede que no tenga una pierna, pero tengo otras muchas cosas. Me ha ayudado a madurar y sobre todo a creer en mí porque había muchos momentos en mi vida en los que dudaba de mí mismo, y cuando eso pasa, todo va cuesta abajo. Ha sido un giro a los acontecimientos. Lo que podía haber sido un hándicap me ha ayudado a muchas cosas en mi vida.

- Competirá en individuales, pero también en la categoría de dobles con Daniel Caverzaschi. ¿Por qué no soñar a lo grande?

- Con Dani es una oportunidad. Sabemos muy bien que si jugamos bien y si creemos, podemos hacer grandes cosas. Somos conscientes de que somos una muy buena pareja y que podemos hacer daño. En individual, hay mucha gente que ha competido mucho para estar arriba que lleva dedicándose al tenis profesionalmente bastantes años y, a pesar de que me veo con muy buenas sensaciones, es muy difícil. En dobles, somos una pareja muy fuerte. Hemos ganado en Turín y la semana pasada en Bélgica. Tenemos muchas opciones. Pero tampoco vamos a ir de favoritos porque va mucha más gente, preferimos ser humildes y trabajar.

- Como hemos podido ver en los Juegos Olímpicos, le tocará disputar a veces dos partidos por día. Va a ser nuestro Rafa Nadal.

- (Risas) En unos Juegos, los horarios son los que son, hay que adaptarse. Habrá que ponerse el mono de trabajo, como diría mi padre y mi hermano. Yo, con seguridad, sea de día o de noche, cuando salga a la pista voy a salir a darlo todo.

- Un curso más e irá a la universidad. ¿Le preocupa tener que elegir entre el tenis y los estudios?

- No, porque voy a intentar hacer las dos cosas, a pesar de que es difícil, pero llevo haciéndolo todos estos años. Sé que hay veces en las que se puede jugar más y otras en las que menos. Siempre que pueda, haré las dos cosas porque lo llevo haciendo toda mi vida y espero que en el futuro también.