El Real Madrid inició la competición liguera con un triunfo sencillo y amplio en el campo de Anoeta, una victoria allanada con el gol antes de cumplirse el segundo minuto con un gol de Gareth Bale, que cumplió con su tradición de marcar en el estadio guipuzcoano.

Muchos aficionados no habían llegado a sus asientos cuando se produjo el primer tanto del Real Madrid, en un centro de Carvajal que Bale, fiel a su cita con el gol en Anoeta como en las tres temporadas anteriores, convirtió en el 0-1 de gran cabezazo.

Comodidad

El conjunto madridista se encontró muy cómodo sobre la nueva alfombra del césped renovado de Anoeta, mientras que el conjunto donostiarra no hilaba una acción de peligro y estuvo a punto de encajar el segundo en una jugada individual de Morata, abortada en el último momento por la zaga local.

El Madrid quería acabar con el partido por la vía rápida y en cada uno de sus ataques asustaba a una grada que temía la llegada del segundo, cerca de producirse en el minuto 20 con un gran tiro desde fuera del área del alemán Toni Kroos.

El equipo que dirige Eusebio Sacristán mejoró a medida que transcurría el partido y comenzó a creer en sus posibilidades cuando los blancos comenzaron a decaer en su acoso y gozó incluso de una clara ocasión para empatar en un acercamiento promovido por Concha que continuó Asier Illarramendi quien, solo ante Kiko Casilla, optó por el pase en lugar de rematar y perdonó el 1-1.

Zinedine Zidane, que vivía de forma intensa el partido, demandó un nuevo esfuerzo a sus jugadores y Morata recogió el mandato de su técnico para, minutos antes del descanso, disfrutar de otra clara oportunidad de gol desbaratada por el guardameta Gero Rulli.

No perdonaría el joven Marco Asensio en la jugada posterior, en otro balón largo, que se convirtió en el instrumento de castigo de los madrileños en este encuentro, servido por Raphael Varane al mallorquín para que éste, de bella ejecución en vaselina, salvara la salida del guardameta Rulli.

El partido parecía ya muy decantado para el Real Madrid que, no obstante, mantuvo su cerco al área blanquiazul también en el segundo período y pudo incrementar ese marcador ya claramente favorable en una jugada de Marco Asensio, otra de Morata y un remate al travesaño de Toni Kross.

Fluidez

El fútbol del conjunto de Zidane tenía muchos quilates y los ataques fluían de forma constante en una segunda mitad brillante en la que Rulli salvaría los muebles para su equipo en varias acciones de mérito, una de ellas a tiro casi desde el medio campo del croata Mateo Kovacic.

Mikel Oyarzabal, en el bando local, sería el único incordio para los blancos Bale, con el tiempo consumido y la Real volcada en busca de acortar diferencias, volvió a demostrar su punta de velocidad para hacerse con un balón que condujo hasta la portería de Rulli, esquivó la salida de éste e hizo el tercero.