El Sevilla ganó 6-4 al Espanyol en un partido loco, trepidante y que ofreció un festival de goles y de muchos fallos y concesiones en defensa por parte de ambos rivales, en un debut liguero en el que un equipo sevillista muy ofensivo superó por completo a los blanquiazules en una gran segunda parte. La apuesta de ambos entrenadores convirtió el partido en un viaje de ida y vuelta que acabó con un tanto realmente escandaloso.