Un salto de 7,17 metros en el penúltimo turno dio a la estadounidense Tianna Bartoletta el título de longitud -su primera medalla olímpica-, evitando que su compatriota Brittney Reese se convirtiera en la primera que revalidaba laureles olímpicos en esta prueba.

Reese, la saltadora de longitud más laureada de la historia, hubo de conformarse con la medalla de plata. En su último esfuerzo se quedó a dos centímetros de la campeona mundial, que logró al fin su primera medalla olímpica después de haber fracasado en su intento de meterse en la final de 100 metros.