El Celta acabó la pretemporada como la comenzó, con derrota. Si en el debut del verano el verdugo fue el Lugo (1-2, en Barreiro), ayer los célticos cayeron ante el Eintracht de Frankfurt (3-1), en un amistoso que sirvió para que Pione Sisto, último de los cuatro fichajes, se estrenase como goleador céltico. Este histórico de la Bundesliga venido a menos aprovechó la presentación ante su afición para dejar en evidencia al equipo de Berizzo, que se mostró blando y confuso en defensa, espeso en el medio campo y poco resolutivo en ataque. El tropiezo en suelo alemán, sin embargo, no empaña la satisfactoria pretemporada celeste: cinco triunfos (Deportivo, Fiorentina, Pescara, Sassuolo y Valladolid), un empate (Milan) y tres derrotas (Lugo, Nacional de Montevideo y Eintracht), con once goles a favor y ocho en contra.

Se esperaba que el Celta diese un paso adelante ayer en su puesta a punto, tras la buena imagen que mostró ante el Milan. Contra el campeón rossoneri, el técnico argentino presentó un once que apenas variará del que se estrenará en la Liga. Ayer, el Celta también salió con un equipo casi de gala. Hernández por Bongonda y Sergi Gómez por Cabral fueron las únicas novedades.

El central argentino se quedó en Vigo como medida disciplinaria por saltarse el entrenamiento del viernes. Ambiente enrarecido, pues, para afrontar el último viaje de la pretemporada y en vísperas de dos días de descanso.

Y el Celta no estuvo en esta ocasión a la altura de lo que acostumbra en los últimos tiempos. Fue superado desde el primer minuto por un rival con escaso fútbol pero con mucha entrega, que le privó del balón. Faltaba, además, tensión competitiva para superar a un adversario que luchó el curso pasado por la permanencia pero que ayer quería satisfacer a su gente.

El veterano Alexander Meier, único superviviente del duelo europeo que ambos equipos libraron hace una década en Balaídos, falló un claro remate a los siete minutos. El Eintracht aprovechaba la descoordinación defensiva rival para buscar la portería de Sergio Álvarez. Meier apareció de nuevo por la izquierda para regalarle una asistencia a Branimir Hrgota, que solo tuvo que empujar el balón para anotar el primer tanto, a los once minutos. El delantero sueco festejaba su estreno en el Commerzbank Arena con un doblete al inicio del segundo tiempo, aprovechando la pasividad defensiva céltica.

Sin tensión competitiva y circulación de balón, el Celta daba señales de vida solo con las diabluras de Pione Sisto por la izquierda, y alguna aparición de Aspas, que antes del descanso pudo empatar con un remate de cuchara.

Con el segundo tanto del Eintracht, Berizzo buscó soluciones en el banquillo. El cambio de Bongonda por Marcelo Díaz llevó a Orellana a la media punta y el Celta, por fin, encontraba soluciones para reducir diferencias y buscar un resultado más acorde a su buena pretemporada. Orellana filtró un pase para Sisto, que ganó la espalda a los centrales para plantarse ante el meta germano y rematar cruzado.

Primer gol del danés como céltico y oportunidad para que los de Berizzo arreglasen una mala tarde. Sin embargo, no se solucionaron los problemas defensivos y un autogol de Mallo dejaron sentenciado a los ochenta minutos un partido que pudo resultar más doloroso para el equipo vigués si el remate de Gacinovic no va al palo de la meta de Sergio Álvarez.