Ni los más entendidos del lugar podían imaginar el tremendo revolcón que provocó el Club Remo Coruxo con su gran victoria en la XXIV Bandera Concello de Vigo celebrada ayer frente a la playa de O Vao, y con las sorprendentes clasificaciones que se produjeron.

Naturalmente la emoción de la Liga Gallega de Traineras ha ganado muchos enteros con esta nueva situación de la clasificación general, porque las diferencias se han apretado mucho entre los tres primeros,. Ahora a Samertolaméu, ayer sorprendente décimo, se le ha reducido la ventaja a un solo punto (83) sobre Ares (82) que ayer fue cuarto y Puebla (81), ayer séptimo. Con cinco regatas por delante, es evidente que nadie se puede sentir seguro, ni en su posición actual.

Nadie le puede quitar ni discutir los innegables méritos a Coruxo por su soberbia victoria, la segunda en la historia de la Bandera de Vigo. Ya había demostrado su buen saber y hacer con su triunfo hace unos días en Perillo en la Bandera Salgado-Congelados; por lo tanto su triunfo no puede sorprender a nadie, ocupando, además, como viene siendo toda la temporada, la cuarta plaza en la clasificación general. Pero lo grande de esta regata de ayer bajo un sol espléndido de verano y frente a la playa de O Vao, abarrotada de bañistas, y con la espectacular pista de regatas que pasaba bajo el puente de Toralla, los remeros de Coruxo se exhibieron con una victoria soberana en la segunda serie y favorecidos por el cambio de viento que perjudicó a la tanda principal.

Los atletas de Coruxo en la segunda serie, pusieron proa de victoria compitiendo palada a palada con Bueu, que también hizo una regata magnífica. Cruzó la meta en segundo lugar y a sólo 66 centésimas de Coruxo, el vencedor. Luego Mecos que fue de menos a más y Chapela que sufrió mucho al final. Tras ellos sólo faltaba la tercera serie en la que se alineaban los favoritos: Samertolaméu, Ares, Puebla y Castropol.

Pero, y sin que sirva de disculpa ni justificación, porque un deporte como el remo, al aire libre y en mar y horizontes abiertos, siempre está bajo el riesgo de sufrir vicisitudes de estado de la mar y el viento, ayer fue uno de esos días con sorpresa. Al finalizar la segunda serie que se desarrolló con mar en calma, nada más comenzar la tercera, se levantó una brisa bastante fuerte de norte que influía sensiblemente, sobre todo en las boyas de virada hacia Samil. Y es indudable que aquel viento que incluso mostraba olas con "carneritos" fue decisivo en los cronos y el desarrollo de la tercera manga. Los cuatro participantes, Ares, Puebla, Castropol y Samertolaméu con un adversario insalvable, sufrieron lo suyo, cayendo, en consecuencia, en las posiciones del cuarto al décimo con unas marcas muy lejanas de los primeros. Toda una sorpresa.

Ares ganó con potencia y categoría esta tercera serie, dejando a Puebla en la segunda posición y a continuación Castropol, tercero, en dura lucha con Samertolaméu que entró en la cuarta posición, pero con un crono que le llevó a la décima plaza general.

Pero también cabe decir que a los atletas de Meira, como decía su presidente, "parece que nos miróu unha bruxa..." Efectivamente a Samertolaméu ya se le rompió la pica de virada en tres de las últimas cuatro regatas (la última ayer antes de iniciarse la prueba). Un remero titular se puso enfermo en el calentamiento, cinco minutos antes, y tuvieron que buscar entre el público al suplente que salió a sustituirlo. Toda una odisea. Es innegable que tantas circunstancias adversas para unos y para otros, no pudieron suceder más que con un viento traidor que saltó en la última serie e hizo sufrir más de la cuenta a los protagonistas.