El equipo español de K-4 en la semifinal del campeonato del mundo de Milán

Rodrigo Germade (Cangas, 23-8-1990) es el palista que ofrece la potencia al K-4 1.000 metros de España, equipo en el que también figura el también gallego Óscar Carreira. Vivirá sus primeros Juegos Olímpicos. En sus palabras transmite ilusión, ansiedad por estar ya en el escenario de la competición y también el punto necesario de ambición para lograr el objetivo de conseguir una medalla. Reconoce la calidad de los adversarios. Piragüista desde lo siete años, Rodrigo Germade ha sido campeón de la Copa del Mundo, tercero de Europa, campeón del Mundo júnior y también de España. Se encuentra ante el principal desafío de su carrera deportiva. Parece concentrado y asume la responsabilidad con cierta naturalidad. Preparar los Juegos Olímpicos en Galicia es otro estímulo particular. Desde hace tiempo el embalse de Castrelo de Miño se ha convertido en su cuartel general, un lugar en el que pueden recrear mejor las condiciones que se encontrarán en Río y donde más cómodo les resulta trabajar.

-Cada vez que habla de los Juegos Olímpicos se le dibuja una sonrisa, una especie de mezcla de tensión y responsabilidad. ¿Es así?

-Sí. Tengo una ilusión enorme. El barco logró su plaza en el Mundial hace un año, pero hubo que ganarse el poder estar en el equipo en el control selectivo. Tuvimos que ganarlo en el agua demostrando cada uno a nivel individual que estábamos en condiciones de subirse al bote. Eso también es positivo. Ahora, tras un intenso trabajo, quiero verme en Río de Janeiro, estar allí, vivir el ambiente, la competición y todo lo que rodea esa competición.

-Dicen que la seguridad en Río no es la mejor. ¿Le preocupa?

-No. En absoluto. Tampoco pienso en ello. Hay que mirar las cosas positivas y esto solo se vive una vez.

-¿Cómo están ahora mismo en cuanto a la preparación?

-Bastante bien, cumpliendo los ciclos y el proceso que se había marcado en el proyecto. Digamos que estamos realizando entrenamientos de calidad. Eso es lo que toca a estas alturas. Preparando la distancia y también todos los detalles.

-Y además en Galicia. ¿Supone también algo especial?

-Tener a la familia cerca es muy importante para los deportistas que estamos concentrados. Sin duda. Con tantos entrenamientos, desconectar y estar próximo a los tuyos siempre es importante.

-¿Piensa mucho en la medalla?

-Pienso y creo en la medalla olímpica, pero también digo que no será una carrera fácil ni mucho menos. Es complicado debido al alto nivel de otros países. Australia, la República China, Portugal o Hungría tienen equipos muy fuertes. Las cosas van a estar muy igualadas en la final. Ese es mi pronóstico. Y una vez allí...cualquier cosa es posible.

-¿Ha pensado en lo que deben hacer para conseguir la medalla?

-Estar concentrados, llegar en las mejores condiciones y que no aparezca ningún contratiempo. Que las condiciones sean las mejores también es importante. Lo vamos a dar todo. Serán dos días intensos.

-Los pronósticos dicen que serán regatas muy igualadas en vista de los tiempos que han marcado otros países. ¿Comparte esa visión?

-Por supuesto. Hay un grupo de países que estamos en la lucha. No creo que existan favoritos. Los detalles van a influir mucho.

-¿Puede explicar algún detalle que se pueda considerar como fundamental?

-Además de la concentración, las sensaciones y la labor de equipo, también está la gestión de los nervios y la ansiedad. Son cosas claves. Tampoco hay que dar palazos al agua. Es una regata muy técnica y se debe afrontar con mucho cuidado.

-¿Qué estaría dispuesto a dar por una medalla?

-No lo sé. Podría responder que aquello que fuera necesario, pero también es cierto que llevo muchos años trabajando para estar en los Juegos Olímpico. Sería el premio al esfuerzo de tantos años. Una compensación magnífica. Estoy convencido de que España va a luchar por la medalla, pero después hay que analizar el resultado final y veremos. En el equipo somos ambiciosos, pero con respeto hacia nuestros adversarios.

-¿Afronta los Juegos Olímpicos con tensión?

-Mentiría si dijera que no. Tensión en la alta competición siempre hay. Pero también con la tranquilidad de que lo vamos a dar todo. Estamos trabajando muy bien y eso nos da buenas sensaciones.

-Usted sabe que el piragüismo español no logra colocar un K-4 en unos Juegos Olímpicos en los últimos veinte años. ¿La historia pesa llegados a este punto?

-La historia está para escribirla. Es muy valioso tener el listón alto y tratar de superarla, pero también es fundamental ser conscientes y responsables de que no es un tarea sencilla estar entre los mejores a nivel internacional. España tiene en la actualidad un buen barco y se apostó muy fuerte por este proyecto desde el principio. Ahora nos toca devolver esa confianza con un buen resultado.

-¿La preparación ha sido la correcta?

-La preparación ha seguido un ciclo apasionante y correcto. Hemos trabajado de forma sincronizada. Desde que se formó el equipo comprobamos que éramos muy competitivos. Teníamos buenas sensaciones. Después fuimos mejorando con el paso del tiempo. Eso nos dio tranquilidad.

-Usted aporta la fuerza, dicen sus compañeros. ¿Es un elemento clave?

-La fuerza es necesaria, pero también el llevar bien el barco y tener un acoplamiento. Cada uno de nosotros tiene una papel muy concreto que cumplir. Yo aportaré todo lo que pueda. Pero la fuerza del grupo está en los cuatro y en que cada uno dé lo que tiene.