Acompañó al Celta en la época de mayor gloria, pero la imagen inexpresiva de Celestino no era del agrado de los más pequeños. El heredero de Nocho, aquella gaviota de vida efímera, apareció con la presentación del equipo para la temporada 1996/97, y abandonó Balaídos en 2009. Lo que se justificó como un cambio de imagen dio paso a la desaparición de la mascota como parte de la animación del Celta de Vigo. Pese a todo, muchos recuerdan a Celestino con cariño, quizá por aquellos años que eran sinónimo de sonadas victorias.