| En las calles, bares y viviendas de Portugal volvieron a llenarse de aficionados al fútbol como hace doce años, cuando el país vecino acogió la Eurocopa y el combinado luso sucumbió en la final ante Grecia. La imagen de la izquierda corresponde a la emblemática Avenida de los Aliados, en el centro histórico de Oporto, donde miles de seguidores portugueses siguieron la final contra Francia en una pantalla gigante. En Lisboa se vio una escena similar, con una multitud enardecida que abarrotó la famosa Plaza del Comercio, en el centro de la capital portuguesa. De la expectación que despertó el partido en Portugal da idea la imagen de la derecha, con una fortaleza de Valença totalmente desierta, casi fantasmal, y todos los establecimientos cerrados a la hora del partido.