Galicia, y en concreto Pontevedra, recuperó el protagonismo en el piragüismo a nivel internacional después de nueve años de ausencia. Fue en Verducido en 2007 cuando se disputó el Campeonato de Europa de pista. Ahora, el río Lérez acogió la competición continental de maratón. En esta ocasión fueron casi 500 palistas los que participaron, entre los veteranos, juveniles y sub-23. La representación autonómica logró que siete de sus deportistas se llevaran una medalla para su casa, entre ellas tres de oro. "Es buen balance, sin duda", afirma Alfredo Bea, presidente de la Federación Gallega de Piragüismo.

En 2007 fue David Cal el gran protagonista. Logró el bronce en C-1 500 y 1.000 metros. En esta ocasión, los protagonistas fueron palistas experimentados en una disciplina donde la resistencia es un elemento clave. Las pruebas, tanto en canoa como en kayak, duran casi dos horas. Tono Campos e Iván Alonso incluso se atreven a disputar dos durante dos días de forma consecutiva.

El palista el Breogán de O Grove se ha convertido en el rey del maratón continental. Ganó las dos regatas. Lo hizo con sufrimiento en la categoría individual, aunque se debe reconocer un gran esfuerzo en la primera parte de la misma. Ayer repitió el mismo lugar en el podio junto a José Manuel Sánchez. Tono Campos, y también su compañero, tienen puesta su mirada en el próximo mundial.

Óscar Graña y Ramón Ferro cumplieron con su tradición de estar el podio, un lugar que conocen bien. Ya son 18 medallas en competiciones internacionales, ocho de ellas en europeos. Los dos veteranos palistas del Kayak Tudense son inseparables y una de sus principales características es saber dominar los tiempos durante la competición. Fueron segundos en C-2. Objetivo cumplido.

Iván Alonso se unió a Diego Piña. El K-2 que formaron resulta 'explosivo'. El primer aparto experiencia y el segundo la fortaleza del optimismo como bandera de enganche. Diego Piña nunca se rinde. Acumula multitud de medallas en regatas nacionales, pero le faltaba dar el salto al escaparate internacional. Y lo logró en Pontevedra, a 50 kilómetros de su casa. Allí estaba su familia y sus compañeros de equipo en Tui, orgullosos de ver al palista en lo más alto del podio.

Raquel Rodríguez, en C-1, logró al medalla de bronce. La componente del Ciudad de Pontevedra se mantiene fiel a su deporte con 41 años. Y lo hace también como forma de promocionar esta modalidad. "Me gustaría que hubiera más mujeres canoístas", afirma. Ella es también un ejemplo. Dos días antes de competir en su ciudad estaba trabajando.

Lara Outón, del Breogán de O Grove, fue tercera en C-1 juvenil. Ella, junto a otros jóvenes palistas gallegos, forman parte de una generación que todavía tiene mucho que decir en el agua. Además, ya acumulan experiencia internacional.