La Federación Española de Fútbol anunciará a mediados de julio el calendario de la temporada 2016-17 para las tres divisiones profesionales. Desde hace una semana, sin embargo, el Celta y los demás equipos de Primera División ya conocen el nombre de todos sus rivales en el próximo campeonato de Liga. Con ello, los clubes ya pueden hacer cuentas de cuántos kilómetros tendrán que recorrer en los diecinueve desplazamientos que les esperan en el torneo de la regularidad. El equipo vigués tendrá que afrontar 30.096 kilómetros de recorrido total, lo que supondrá una media de 1.584 kilómetros por desplazamiento, aunque la mayoría los realizarán en avión y en vuelos chárter, para no depender de horarios comerciales e incómodas esperas en terminales aeroportuarias.

Con los ascensos de Alavés y Osasuna, el Celta realizará la mitad de sus desplazamientos de la próxima Liga a la mitad norte peninsular. Ello supone un recorte en el kilometraje general. A los equipos vascos y de Navarra, respectivamente, se ha unido el madrileño Leganés, con lo que la distancia con los estadios de esos equipos no supera en ningún caso los ochocientos kilómetros de recorrido de ida. En esa renovación, tras el descenso de Rayo Vallecano, Getafe y Levante, sale ganando el equipo vigués, pues se ahorra un viaje de casi mil kilómetros a la capital valenciana.

El destino más frecuente que le espera a los célticos a partir de que en el tercer fin de semana de agosto arranque la Liga 16/17 será el País Vasco y Navarra, donde en concentran cinco equipos de la máxima categoría. A los habituales desplazamientos a Bilbao y a San Sebastián, para enfrentarse a Athletic Club y Real Sociedad, el pasado año se unió el Eibar como representante del fútbol vasco en la élite. Y tras concluir el campeonato en Segunda División se confirmaron los regresos a Primera de Alavés y de Osasuna, con lo que las ciudades de Vitoria y de Pamplona vuelven a ser de Primera y el celtismo agradece esta circunstancia por la buena relación que habitualmente mantiene con los equipos del norte, aunque en el pasado se registraron trifulcas entre radicales del Celta y de Osasuna.

Haz click para ampliar el gráfico

El traslado más largo para el equipo vigués en la Liga sigue siendo Canarias, pues la UD Las Palmas fue capaz de conservar la plaza en la máxima categoría que consiguió un año antes con el excéltico Paco Herrera como entrenador de los pío-pío. El viaje a la isla de Gran Canaria supone un recorrido total de 4.246 kilómetros.

Por el contrario, A Coruña continuará siendo un año más como el viaje doméstico del Celta. Para disputar el derbi gallego, el equipo vigués solamente tendrá que recorrer los 159 kilómetros que separan las ciudades de Vigo y A Coruña.

El desplazamiento para enfrentarse al eterno rival será de los pocos que los jugadores del Celta realizarán en autobús, a través de una Autopista del Atlántico que en la doble cita de O Noso Derbi se convierte en la principal vía de conexión entre el norte y el sur de Galicia.

La carretera será también utilizada por el Celta para su traslado a El Molinón, que volverá a convertirse otra vez en el segundo desplazamiento más corto que le espera al equipo de Berizzo. La proximidad entre Vigo y Gijón también animará a muchos aficionados a seguir cultivando la buena relación que mantienen las aficiones del Celta y el Sporting.

La temporada que viene pierde trascendencia en la Liga el centro peninsular, pues el descenso de Rayo Vallecano y Getafe redujo a la mitad en mayo el número de representantes de la comunidad madrileña en la élite. Esa caída quedó amortiguada tras el éxito sin precedentes del Leganés, que hace unas semanas obtuvo un ascenso histórico a Primera División, donde se estrenará a partir de agosto. El sur de Madrid mantiene a un representante en la élite, tras perder el conjunto getafense la categoría. El estadio municipal de Butarque será a partir de ahora uno de los destinos madrileños de los equipos de Primera.

En el extremo oriental de la península continúa invariable la situación, pues Camp Nou y Cornellá-El Prat seguirán siendo visitas obligadas en la élite. El fútbol catalán volvió a acariciar un nuevo éxito, pero el Girona que quedó a las puertas de Primera por tercer año consecutivo. Así, Barcelona y Espanyol continuarán como los embajadores de esa comunidad en la Liga española. Ese viaje de cruzar la península de oeste a este le supondrá al Celta dos desplazamientos de casi 2.300 kilómetros, entre la ida y la vuelta.

La barrera de los dos mil kilómetros también la superará el equipo celeste cuando afronte la mitad de sus viajes a tierras andaluzas, donde se sitúan cuatro rivales (Sevilla, Betis, Málaga y Granada). Al Celta le sientan muy bien últimamente los partidos en Andalucía, donde suma victorias con frecuencia desde que con Luis Enrique Martínez obtuvo un pleno de cinco.

Otro de los focos de atención en la ruta celeste es la comunidad valenciana, donde se encuentran el Villarreal y el Valencia, y cuyas visitas también suponen viajes que rondan los dos mil kilómetros. De esa zona mediterránea se ha caído el Levante.

Y después de esos treinta mil kilómetros, al Celta le esperan el curso que viene los viajes de al menos una eliminatoria de la Copa del Rey, en la que la temporada pasada alcanzó las semifinales, y el regreso a Europa, con al menos tres desplazamientos en la fase de grupos de la Liga Europa.