La historia se repite. Argentina y Chile disputarán la próxima madrugada (2 horas) la final de la Copa América Centenario apenas un año después de verse las caras en la final de la disputada en Chile, que acabó con el triunfo del anfitrión.

El Metlife Stadium de East Rutherford, cerca de Nueva York, será el escenario de un choque de titanes entre las dos selecciones que mejor fútbol han desplegado a lo largo del torneo.

Por un lado está Argentina, el principal aspirante, que llega a su tercera final consecutiva con el imperativo de levantar un trofeo que ratifique la jerarquía de una generación dorada de futbolistas comandada por Lionel Messi. La selección argentina llega al último partido con una trayectoria inmaculada. Cinco triunfos en otros tantos duelos, dieciocho tantos a favor y sólo dos en contra.

Y por el otro aparece Chile, monarca actual del fútbol suramericano, que después de obtener el primer título de su historia quiere dejar claro que se ha hecho un hueco en la elite mundial por méritos propios.

Hasta diez ligas mundiales estarán representadas en este partido, con el campeonato español como predominante, pues aporta nueve jugadores entre ambas plantillas. Celta, Atlético de Madrid y Barcelona, con tres jugadores cada uno, son los que más futbolistas aportan en la cita de clausura del torneo.

Del trío céltico, solamente Marcelo Díaz es fijo en el once de Pizzi, que ahora apenas confía en Orellana tras las malas actuaciones de El Poeta en el arranque de la competición continental. Por su parte, el Tucu Hernández dijo adiós al torneo en la semifinal contra Colombia tras sufrir un esguince en la rodilla izquierda que le mantendrá de baja durante seis semanas.

Lionel Messi, Javier Mascherano y Claudio Bravo representarán al Barcelona en esta final americana. El excéltico Augusto Fernández, Matías Kranevitter y Nicolás Gaitán pertenecen al Atlético de Madrid.

Para los jugadores chilenos, una victoria sobre Argentina adquiere un valor emocional, ya que demostraría que el título de 2015 no fue una mera casualidad aparejada a su condición de local.

Una de las mejores virtudes del equipo es la presión tenaz que ejerce en todos los sectores del campo, sobre todo en la zona central, donde se hace fuerte Arturo Vidal, un futbolista con dotes de mando, visión de juego y un gran despliegue físico.

La delantera tiene calidad y velocidad, con un Eduardo Vargas con la puntería afinada y un Alexis Sánchez que está jugando un papel fundamental en cada una de las victorias de la Roja.

En la competición, Chile ha ido de menos a más, perdió con Argentina en su debut y después ganó con autoridad a Bolivia y a Panamá para terminar segunda del grupo D. En los cuartos de final, propinó a México una goleada de indeleble recuerdo (7-0) y después, sin contar con Vidal, tumbó a Colombia por 2-0 con un comienzo de juego arrollador y sin pasar apuros defensivos. A la final, el equipo de Pizzi llega con todos sus titulares a punto y su única baja es la del céltico Hernández. Marcelo Díaz, recuperado de una contractura, volverá a reforzar el centro del campo.