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CELTA

Bufanda inocente

La Subdelegación de Gobierno archiva el expediente del hincha expulsado de Balaídos por mostrar simbología de Celtarras - José H. renovará su abono, volverá a llevar la prenda al estadio y exige la disculpa del club

La bufanda de Celtarras que José H.F. se encontró en la calle hace más de 20 años.

La Subdelegación del Gobierno en Pontevedra ha archivado el expediente de José H.F., el abonado céltico que fue expulsado de Balaídos por enarbolar en Río Bajo una vieja bufanda de Celtarras. La Comisión Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte había propuesto castigar a José con una multa de 1.500 euros y la prohibición de acceder a recintos deportivos durante tres meses. La Subdelegación, sin embargo, considera que "no han quedado suficientemente acreditados los hechos y circunstancias en las que se desarrolló el incidente objeto de expediente". José, en consecuencia, queda libre de culpa aunque dolido. Su abono fue retenido durante dos partidos, ha tenido que contratar a un abogado para afrontar el procedimiento administrativo -estudia además si emprender acciones legales "contra los promotores de este despropósito e ineptitud"- y sigue esperando una disculpa pública por parte del club. Confiesa, pese a todo, que renovará su abono "porque esto es cuestión de sentimiento". Cuando el Celta salte al césped en su primer partido como local de la temporada 2016-2017 José estará allí, en su asiento de siempre. Y "por supuesto" con su bufanda de Celtarras alzada al viento.

Sucede en el partido que el Celta y el Villarreal disputaron el 2 de marzo de 2016, durante la interpretación del himno celeste, si bien el relato presenta dos versiones diferentes. Un vigilante de seguridad de la empresa Prosegur, contratada por el Celta, asegura que acababa de retirar una bufanda de Celtarras cuando observó que José H.F. tenía otra. En ese momento Celtarras todavía no se había inscrito en el registro de grupos y se le vetaba el acceso al estadio como colectivo identificado por su simbología. Cuando el vigilante le pide a José que guarde o entregue la bufanda, éste se niega. A José le atribuye un estado "alterado" y gritos de "ley mordaza, represión, no me voy". Otros espectadores increpan al vigilante y varios de ellos le agarran por detrás, con riesgo de hacerle caer por las escaleras. Otros empleados de seguridad llegan en su auxilio y también policías, que proceden a identificar a José, retirarle su abono y expulsarlo de Balaídos. Esta narración, en líneas generales, es la que figura en el informe de Prosegur y se replica en el acta de incidencia de la Comisaria General de Seguridad Ciudadana y en la propuesta de sanción que la Comisión Estatal contra la Violencia envía a la Subdelegación de Gobierno.

El abonado, en sus alegaciones ante la Subdelegación, cuenta una historia diferente. El vigilante intenta quitarle la bufanda al grito de "oye, tú, dame eso", argumentando que su exhibición es "exaltación del terrorismo". José le indica que sólo se la entregará a la policía, admite identificarse y se sienta. El vigilante le agarra por el brazo cuando José se niega a acompañarlo, hace ademán de sacar la porra, soliviantando así a otros aficionados, y solicita la presencia de más vigilantes. Después, mientras José habla con el jefe de seguridad, se presentan los agentes policiales, lo llevan a la zona de vomitorios, lo cachean "en una intervención lamentable, excesiva y desmesurada", le toman declaración a él y al vigilante y lo conminan a dejar el estadio. José niega haberse alterado o haber proferido los gritos que se le atribuyen, no le consta la requisa previa de ninguna otra bufanda de Celtarras ni que nadie agarrase por detrás al vigilante, que se fue a petición de sus propios compañeros y no por riesgo alguno. El abonado pedía el acceso a las grabaciones videográficas y aseguraba que ocho personas estaban dispuestas a avalar su testimonio.

José, además, criticaba que el Celta no hubiese proporcionado información clara sobre qué símbolos eran permitidos en Balaídos en ese momento. Los de Celtarras vuelven a serlo desde el 16 de abril. Y él jamás perteneció a esa peña. La bufanda se la encontró por la calle hace más de 20 años.

La Subdelegación del Gobierno constata que la policía no contempló los hechos y por tanto no puede dilucidar quién es más fiable. De ahí el archivo del expediente. Pero a José no le consuela este final. En su momento el presidente del Celta, Carlos Mouriño, y el director general, Antonio Chaves, contestaron por carta a su petición de amparo remitiéndose a la apertura del expediente. José cree que se merece una aclaración que repare su honor.

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