España tuvo su goleador en Morata. Y aunque los dos goles pudieron quedar reducidos a uno, ya que en el segundo pareció haber fuera de juego de Jordi Alba, no por ello su mérito hubiera sido menor. El cabezazo con el que respondió al excelente centro de Nolito y que valió el 1-0 fue soberbio, por el giro de cabeza para dirigir al sitio adecuado un balón que le llegaba de espaldas a la portería. Y tuvo más opciones de remate, sin dejar por ello de aportar mucho en su juego lejos de la portería rival, por la movilidad para crear espacios y la fortaleza para aguantar el balón. Es muy probable que Morata se acabe convirtiendo en una de las referencias de este campeonato, por lo que haga de cara a la portería contraria. Pero seguro que su equipo lo valorará también por lo que hace de cara a la propia, no sólo defendiendo con eficacia en los saques de esquina, sino pegándose carreras de sesenta metros para acudir en ayuda de su defensa, como hizo en el minuto 42.