Las caras de resignación con que suecos e irlandeses recibieron su inclusión en el "grupo de la muerte", junto a Italia y Bélgica, se tornan en gesto de máxima concentración ante el reto, esta tarde, de dejar muy tocado a uno de los aspirantes.

Son a priori las cenicientas de este grupo E, aunque los suecos y los irlandeses creen en el factor sorpresa tan propio de este torneo y en la ventaja que supone la clasificación de los cuatro mejores terceros.

Por eso, aunque sea su debut, el choque se antoja vital para ambos, que de perder tendrían que navegar contra corriente en las dos próximas citas ante Italia y Bélgica.

Los antecedentes no son especialmente halagüeños para los irlandeses, que nunca han ganado cuando a los suecos en competición oficial (dos empates y cuatro derrotas).

Ambas selecciones consiguieron su pase a la fase final en agónicas repescas: si Suecia eliminó a Dinamarca con una portentosa actuación de "Ibra" en la vuelta, los irlandeses hicieron lo mismo con Bosnia.

En los escandinavos no hay muchos secretos sobre hasta dónde llegan sus aspiraciones: será, hasta donde se lo permita la inspiración de Ibrahimovic, de nuevo una de las grandes estrellas del torneo alistada en una selección sin grandes expectativas.

El delantero podría convertirse en el primer jugador que marca un gol en cuatro eurocopas distintas, y contará como escuderos con el prometedor Forsberg o el veterano Kallstrom.

Por su lado, Irlanda propone el clásico juego de las Islas, algo rudimentario y confiado a la abnegación de sus jugadores y al acierto de sus hombres de arriba, la experimentada tripleta formada por Shane Long, Robbie Keane y Jon Walters.

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