Una nueva "generación de oro" busca devolver a Austria a la elite del fútbol europeo con un juego vertical y descarado en el que el líder y jugador decisivo es el versátil futbolista del Bayern de Múnich David Alaba. Invicta en un grupo en el que se impuso con claridad a los teóricos favoritos, Rusia y Suecia, Austria busca en la Eurocopa certificar el buen juego que desplegó en la fase de clasificación.

La progresión de la escuadra alpina en los últimos años ha sido vertiginosa desde que el suizo Marcel Koller asumió las riendas del equipo a finales de 2011. Entonces, Austria estaba en el puesto 70 del ranking de la FIFA y ahora es ya la undécima. Esta tremenda mejoría ha situado a esta generación liderada por Alaba a la altura de otras ya legendarias, como la de los Hans Krankl, Kurt Jara y Herbert Prohaska a principios de la década de 1980, o la de Toni Polster, Andreas Herzog o Ivica Vastic en los noventa.