Los doce años que separan a Garbiñe Muguruza y a Serena Williams serán hoy el filo de la navaja en el que el mundo del tenis juzgarán, en la final de Roland Garros, si el futuro que se augura está ya listo para acabar con el presente y el pasado que ha dominado el circuito femenino en lo que va de siglo.

Willimas, de 34 años, se clasificó para su cuarta final en París, la quinta consecutiva en un Grand Slam, tras vencer a la holandesa Kiki Bertens, 58 del mundo, por 7-6 (7) y 6-4. La estadounidense, que en la ronda anterior perdió una manga, tuvo que levantar una bola de set.

Muguruza se clasificó para su primera final en Roland Garros, la segunda en un Grand Slam tras la de Wimbledon del año pasado, de forma más placentera contra la australiana Samantha Stosur, finalista en París en 2010 y ganadora del Abierto de Estados Unidos de 2011, a la que derrotó por 6-2 y 6-4.

La española, que comenzó su cuarto Roland Garros cediendo el primer set, ha ido creciendo desde entonces y se ha plantado en la final con doce mangas consecutivas.

El duelo de generaciones está servido. Cuando hace 17 años la menor de las Williams levantó en Nueva York su primer Grand Slam, Muguruza tenía solo cinco y comenzaba a practicar tenis junto a sus hermanos en el club de Mampote de su Caracas natal.

La final de Roland Garros puede ser el gozne en el que pivote el relevo, o coronar a Williams como un monumento de fuerza, potencia y longevidad deportiva. La estadounidense, que apenas ha tenido barreras en los últimos años, competía solo con la leyenda, la que dejó grabada Steffi Graf y sus 22 Grand Slam. Hasta que apareció la esbelta jugadora española para amenazar al poder establecido, y presentarse en el último escalón del Grand Slam más difícil para Williams.

La estadounidense puede sumar su cuarto título en París, donde no ha perdido ninguna de las tres finales anteriores. La española, aspira a su primer grande en su segunda final, después de que en la pasada de Wimbledon le faltara un poco de madurez y experiencia.

Aquel partido fue el capítulo dos de la historia personal entre Muguruza y Williams, que había comenzado precisamente en Roland Garros, en 2014, cuando en una segunda ronda aparentemente sin historia, la defensora del título supo de una española que iba a dar guerra. Aquella victoria de Muguruza sirvió para que saliera del anonimato y comenzara una fulgurante carrera que hoy tiene la oportunidad de acelerar.

La experiencia aboga en favor de la estadounidense mientras que el esfuerzo físico lo hace para la española, que ha pasado menos tiempo en las canchas y lo ha hecho de forma más escalonada, frente a una Williams más afectada por los desórdenes ligados a la lluvia que le obligarán, mañana en la final, a pisar por cuarto día consecutivo la tierra batida.

No será la única final que hoy vivirá el tenis español, que tendrá a Feliciano López y a Marc López en la de dobles masculino, después de que derrotaran a los defensores del título, el croata Ivan Dodig y el brasileño Marcelo Melo por 6-2, 3-6 y 7-5. Los López, una pareja que ha comenzado a jugar junta este año, se medirán a los Bryan, la que más solera tiene en el circuito, que derrotó 7-5 y 6-1 al dúo formado por el polaco Lukasz Kubot y el austríaco Alexander Peya.

El atípico viernes de la segunda semana de Roland Garros (atípico por la lluvia) resolvió también el cuadro masculino. Djokovic se clasificó para su cuarta final de Roland Garros, el único Grand Slam que todavía no ha ganado, tras derrotar al austríaco Dominic Thiem, el más destacado representante de la joven generación ascendente, por 6-2, 6-1 y 6-4. Si el marcador parece abultado, el partido fue una maravilla visual, con dos tenistas con mucha calidad que no dejaron nada en el tintero. La del domingo será la sexta final consecutiva de un Grand Slam que va a disputar el número 1 del mundo, la vigésima en total, en busca de su copa número 12.

Murray apartó en semifinales del torneo al defensor del título, el suizo Stan Wawrinka por 6-4, 6-2, 2-6 y 6-2. Será la primera final en París de Murray, el primer británico en colarse en esa ronda desde los años 30, lo que permite al escocés completar su colección de finales en los cuatro grandes. Será el duelo número 34 entre Murray y Djokovic, que ha ganado 23.