El Choco está en uno de esos momentos que le gustaría que durasen eternamente, cuando todas piezas parecen haber encontrado su espacio. Le sucedió el martes en Bouzas donde jugaba la semifinal de la Copa Diputación contra el Rápido. Un torneo en el que los equipos de la provincia han puesto su interés. Hay un dinero en juego, se compite, hay minutos para los menos habituales y se amontonan los alicientes. Los redondelanos jugaban sin haber descansado apenas después del viaje que acabó en la madrugada del lunes tras eliminar al Badajoz. El ánimo estaba por los aires, pero el cansancio también. Por lo tanto en Bouzas jugaron cuatro de los habituales y el resto eran los futbolistas que menos oportunidades han tenido. Marcos Montes, el técnico, entendía que lo normal era que sufrieran para competir, que se resintieran de lo vivido en Extremadura.
Ocurrió justo lo contrario. El equipo rindió a muy buen nivel, varios futbolistas completaron un partido extraordinario y el Choco acabó por superar la eliminatoria en los lanzamientos de penalti aunque había dado la impresión de haber podido resolver el choque antes. El equipo está en un momento en que siente que todo le sale, los jugadores están ofreciendo su mejor versión y eso ha disparado la euforia en Redondela, donde sueñan con seguir estirando la temporada todo lo que puedan.
A Marcos Montes le toca echar el freno. Hay que volver a la tierra por decirlo de algún modo. El técnico siente que todo cuadra en la vida del equipo: "La verdad es que lo de Bouzas es bastante elocuente porque el equipo dio un rendimiento extraordinario en las condiciones en las que afrontábamos el partido. Es complicado no sentirse tan a gusto como lo estamos ahora mismo". Tiene claro que en un momento como el actual son unas victorias las que llevan a otras y que el punto de confianza que ha alcanzado el equipo le lleva a pasar por encima de las pequeñas dificultades que se encuentra en el camino.
Ahora llega la hora de poner de nuevo el reloj a cero para encarar el domingo el partido de ida de la segunda eliminatoria del play-off de ascenso contra el Zaragoza B.- Hora de estudio para el técnico y de mentalización de los futbolistas. El filial maño es un equipo que obligará a cambiar algunos de los conceptos con los que suelen trabajar: "En Tercera estamos más acostumbrados a que los equipos no arriesguen iniciando el juego por dentro por el riesgo a perder el balón. El Zaragoza B lo hace porque tiene gente de calidad, con muy buen toque, que pasa bien, que se asocia con facilidad. Eso nos obligará a cambiar algunas cosas de nuestra forma de jugar, pero nada del otro mundo". Conceptos que irán ensayando desde hoy porque durante esta semana no han hecho otra cosa que jugar contra el Rápido de Bouzas y recuperarse el resto de días. En ese sentido no advierte excesivas diferencias entre el Badajoz -su víctima en la primera eliminatoria- y el Zaragoza B aunque tiene claro que los maños tienen un nivel defensivo del que carecían los extremeños y que los 19 goles que ha encajado en toda la temporada son la demostración de que son un equipo que sabe colocarse en el campo. Pero a Marcos Montes parece inquietarle de un modo limitado el rival. Ve a su equipo siente que nada puede salir mal.
