Garbiñe Muguruza y Albert Ramos son los primeros cuartofinalistas españoles en el Gran Slam de tierra batida, que hoy puede contar con otros cuatro. Pero ninguno sería tan sorprendente como el tenista de Mataró, que a sus 28 años dio la campanada al colarse entre los ocho mejores y desafiar al defensor del título, Wawrinka. Por el momento, la gesta de Ramos asegura ya que el tenis español cumpla ya 20 años consecutivos con, al menos, un representante en cuartos.

El catalán, que nunca había superado la segunda ronda de ningún grande, lo hizo con brillo ante el canadiense Milos Raonic, octavo favorito, algo mermado por los problemas que arrastra en una pierna y en una superficie que no es en la que mejor se explaya su demoledor servicio. Pero incluso con todos esos factores Ramos era la víctima de ese partido y acabó siendo el verdugo, 6-2, 6-4 y 6-4. Ramos se quedó como el único zurdo superviviente en el torneo.

Si Ramos fue la sorpresa del torneo, Muguruza ejerció de confirmación. La cuarta favorita ha despejado todos los fantasmas mientras en paralelo su cuadro se liberaba. Ganadora de tres rivales de bajo ránking hasta ahora, la española superó con nota el examen de la experiencia frente a Svetlana Kuznetsova (6-3, 6-4), ocho años mayor que la española que tenía solo 15 cuando la rusa levantó su trofeo en París. La puerta que conduce a las semifinales es, además, accesible para Muguruza, porque está guardada por la estadounidense Shelby Rogers, 108 del mundo.

Hoy Carla Suárez tiene la posibilidad de seguir la estela de Muguruza contra Yulia Putintseva, de 21 años, 60 del mundo y que nunca antes había jugado unos octavos de un Grand Slam. Los cuartos serán también el objetivo de Roberto Bautista, que tiene ante sí al serbio Novak Djokovic, número uno del mundo; David Ferrer, que se medirá al checo Tomas Berdych, séptimo favorito; y Marcel Granollers, clasificado para octavos sin jugar por la baja de Rafael Nadal y que se enfrentará a la joven promesa austríaca Dominic Thiem.