Un gol de Alan Kennedy le privó de la Copa de Europa en 1981, disputada ante el Liverpool, en el Parque de los Príncipes de París. Fue la única final del máximo trofeo continental a la que llegó Miguel Ángel González, en las nueve ediciones de este torneo que afrontó con el Real Madrid, con el que conquistó siete títulos de Liga, cinco de Copa del Rey, uno de la Copa de la Liga y dos de la Copa de la UEFA, después de disputar 345 partidos oficiales con el equipo blanco.

"No he conseguido ganar la Copa de Europa y ya es tarde. Era un torneo diferente porque en aquellos tiempos se disputaba por eliminatorias directas, sin liguillas, y si tenías un día malo te mandaban para casa. Ahora tienes la oportunidad de recuperarte de una derrota en los partidos siguientes", comenta el exguardameta ourensano, quien advierte de la peligrosidad del rival al que se enfrenta esta noche su equipo del alma.

"Mis deseos son que gane el Real Madrid, pero reconociendo la dificultad de este partido. Además, este partido va a tener dificultades añadidas. No se puede hablar de revanchas en el fútbol, porque todos los partidos son diferentes, pero el Atlético de Madrid está con muchas ganas de corregir el fallo de la final de Lisboa. Esa es una dificultad añadida para el Real Madrid, aparte de que el rival tiene un equipo muy aguerrido y con jugadores de mucha calidad", sostiene quien debutó en la selección española reemplazando a un mito como José Ángel Iribar.

Miguel Ángel González apunta a la línea atacante del Real Madrid, con Cristiano Ronaldo, Benzema y Bale, como la clave posiblemente del desenlace de un duelo que promete mucha emoción. "Los delanteros del Real Madrid pueden ser claves en esta final porque el Atlético de Madrid es muy fuerte en defensa, es difícil hacerle gol y nuestros atacantes tienen que estar inspirados y muy metidos en el partido para superar al rival. Creo que de medio campo hacia adelante es donde el Real Madrid tiene que demostrar que es superior al Atlético".

Desde su Ourense natal vivirá una nueva final europea de su Real Madrid, por el que firmó en 1967 después de jugar con el Celta un amistoso frente al conjunto madrileño. Aunque pertenecía al Couto ourensano, aceptó la invitación de Pepe Villar, técnico céltico en aquel momento, para que realizase una prueba con el equipo vigués. Al volver a casa, se encontró un telegrama del club blanco, por el que fichó y en el que jugó diecinueve temporadas. "Voy a sufrir desde la distancia. El club no suele invitar a los exfutbolistas a estos partidos. Ni quisiera lo han hecho con los siete que quedan vivos del equipo que ganó la Copa de Europa hace cincuenta años. Entonces, el resto nunca pensamos que nos van a invitar a esos acontecimientos", añade quien era apodado "el Gato".

Oblak y Navas le parecen excelentes guardametas. "El del Real Madrid es un portero más rápido, más nervioso, se anticipa muy bien; mientras que el del Atlético es más tranquilo y transmite mucha seguridad. Creo que tienen estilos diferentes, pero son dos grandes porteros. Oblak va muy bien al estilo de juego del Atlético y Navas, al del Real Madrid, que arriesga siempre mucho más en defensa. Por movimientos, por la rapidez de acción y por la concentración, seguramente tuviese mayor similitud mi estilo con Navas que con Oblak", concluye el exguardameta ourensano.