La familia del Rápido de Bouzas no olvidará fácilmente la tarde del 25 de mayo de 2016, en la que nos quedamos sin el Jefe, en la que nos quedamos sin Baltasar Pujales. Boucense hasta la médula, Baltasar nació en los difíciles años de postguerra en el seno de una familia tradicional de la Villa, que vivía con intensidad el apasionante mundo de la pesca.

Tras no pocos esfuerzos logró concluir la carrera de Ingeniería de Obras Públicas, lo que le valió para desempeñar tareas profesionales de relevancia en su especialidad desde Barakaldo hasta recalar en la Deputación de Pontevedra. Una profesión que caló intensamente en varios de sus hijos, que lograron concluir carreras similares y están ligados a la ingeniería civil.

Baltasar siempre tuvo una gran afición al fútbol como deportista, vistiendo la elástica aurinegra a lo largo de varias temporadas. Este amor al deporte rey fue continuado por sus hijos, logrando ser especialmente relevante por su calidad su hijo David, uno de los pilares básicos para que el Rápido alcanzara registros históricos a finales del pasado siglo y en los comienzos del presente.

Uno de sus grandes amigos fue otro al que de chaval no se le daba mal eso del fútbol, ni mucho menos. Me refiero a Manolo Iglesias Zaragallas, que fue quien lo convenció para convertirlo en presidente del Rápido a comienzos de los 70, en unos momentos en que el club estaba al borde de la desaparición. Juntos lograron reunir a un buen grupo de trabajadores por la causa. Como no tenía "casi trabajo" el Real Club Celta le pidió ayuda y formó parte de su junta durante algún tiempo y en el Liceo Marítimo también.

El Rápido, bajo su dirección, poco a poco logró salir del pozo y con un esfuerzo titánico, Baltasar consiguió que el club tuviera su propio terreno de juego: Las Gaviotas. En aquel campo de tierra convenció a su amigo Quique Costas para que le trajese al Barcelona B (cuando estaba en 2ª División) a celebrar los 75 años de historia de la entidad.

Años despues cristalizó el proyecto de contar con unas instalaciones de calidad y siendo alcalde de Vigo Lois Castrillo se inauguraba el actual Campo Municipal de Bouzas, que lleva el apellido de Baltasar Pujales en su honor. Esta distinción fue aprobada por todos los estamentos boucenses por unanimidad. En estos años vinieron tres o cuatro de temporadas de ensueño, en las que solamente la mala suerte le privó de ascender al Rápido.

El cansancio de tantos y tantos años llevó a Baltasar a intentar dejar el club en las manos adecuadas. Al segundo intento aparecí yo de la mano de un buen amigo de ambos, Alfredo Iglesias, y me convencieron. Eso sí, le puse la condición de que al menos durante dos años siguiera conmigo de presidente y yo sería su segundo. Y cerramos el trato.

Va a ser muy complicado continuar la difícil navegación actual sin que el Comandante esté detrás en el puente de mando, para compartir, para animar, para aconsejar, para opinar... Desde ya comienza un nuevo capítulo en la historia del Rápido de Bouzas, que bajo la batuta de Baltasar ha sido algo más que un club, fue el alma de la villa. Lograr que la casa aurinegra siga en pie durante muchos años será el mayor de los reconocimientos a su memoria.

Descanse en paz nuestro presidente de honor, nuestro comandante Baltasar Pujales.

*Presidente del Club Rápido de Bouzas