Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

piragüismo - Preolímpico

Pavón y Millán ya miran hacia Tokio

Los palistas del Tudense, aunque decepcionados por perderse Río, han confirmado su talento

Diego Domínguez, Esteban Alonso, Gaby Campo y Rubén Millán, en las instalaciones de Duisburgo. // A.L.

Hace dieciocho meses Gabriel Campo Pavón (Ourense, 1992) y Rubén Millán (Tomiño, 1992) se subieron juntos a una embarcación. Realizaron un entrenamiento en el río Miño en Tui, donde tiene su sede el Kayak Tudense. Esteban Alonso, el entrenador, tomó una decisión después de casi dos horas. "Esta será nuestra apuesta olímpica", les dijo. Ellos aceptaron. Ese desafío se truncó la pasada semana en Duisburg (Alemania). No lograron la ansiada plaza en los próximos Juegos Olímpicos. Los tres ya han lanzado otro objetivo, Tokio 2020.

Ha sido una carrera de obstáculos con un final no deseado, aunque se deben apreciar matices importantes. En Duisburg se enfrentaron a los mejores del mundo. Su tercer lugar en el Preolímpico continental les permite estar entre los grandes especialistas en K-2 1.000 metros. Ese puesto en el Mundial de Milán del pasado agosto les habría dado la plaza olímpica. Se quedaron fuera por un escaso margen en aquella ocasión. "Es posible. Está a nuestro alcance. No es un sueño para Tokio", dijo Campo Pavón. Fueron sus sensaciones cuando terminaron de remar por una calle en la que era imposible hacer mejor resultado debido al viento. Los que competían por las calles siete, ocho y nueve no tenían opciones. Ninguno se subió al podio.

Los cuatro componentes del Kayak Tudense que estuvieron en Alemania -además del entrenador y los dos palistas también viajó Diego Domínguez Arístegui, de la Clínica Sinerxia, para el cuidado físico- no perdieron el tiempo. Estuvieron atentos a muchos detalles, como la diferencia de preparación con respecto a sus rivales. Alemania, un país que invierte mucho dinero en el piragüismo, posee un sistema digital para conocer el rendimiento al instante. Colocan un dispositivo en la embarcación que permite a los técnicos analizar el ritmo de paladas, el tiempo invertido en cada tramo, los kilómetros recorridos antes y después de cada regata e incluso las oscilaciones del barco. Antes, miden la temperatura del agua y analizan viento y corrientes. Alonso desvela que "Alemania y otros países están un paso por delante. En España hacemos las cosas de manera casi artesanal. No es una queja, es la realidad". Los palistas alemanes están concentrados en el mismo lugar donde se entrenan. Los del Kayak Tudense han recorrido cientos de kilómetros para trabajar en Castrelo de Miño.

El entrenador dice que "esos detalles marcan la diferencia. Son importantes, como también la mentalización y el talento. Gabriel y Rubén tienen esas dos cosas y eso es muy valioso. Trabajamos con los medios que podemos permitirnos. Ni más ni menos. Solicitamos apoyo, eso sí".

El particular carácter deportivo de Campo Pavón y Millán les llevó después a afrontar la Copa del Mundo. Con idénticos rivales. Y cumplieron. Fueron séptimos. Los dos por separado compitieron después en K-1 5.000 metros. Campo fue cuarto y Millán, undécimo a pesar de terminar con la pala rota debido el desmesurado ímpetu de un adversario. El esfuerzo fue inmenso.

"Tiramos al palo y no conseguimos ni un gol. Esto es el deporte", expresa Esteban Alonso. Un compañero suyo le replicó: "Cuando metáis un gol será importante. Ganaréis una medalla olímpica". El entrenador, que realizó el viaje de 4.000 kilómetros de ida y vuelta a Duisburg en coche, recalca el valor del trabajo realizado: "Gabriel y Rubén han competido al máximo nivel. Lo dieron todo. Y ahora ya piensan en el futuro. Me quedo con eso. Vamos a luchar otra vez por conseguirlo". Ambos nacieron en 1992, un año marcado en España por los Juegos de Barcelona. Una llamativa coincidencia.

Compartir el artículo

stats